Deportes

Opina Diego Mussetta

El fracaso sudamericano y el éxito de los europeos


Por Diego Mussetta

Brasil, año 2014. Tras el cachetazo teutón al local y el penal de Maxi Rodríguez que infló a más no poder la red del arco holandés, se armó la final. La misma de 1986 y de 1990. La historia es archi conocida: penal no cobrado a Higuaín por falta de Neuer, definiciones fallidas del propio Pipita y de Palacio… y el gol de un tal Goetze en tiempo suplementario. Alemania campeón. Argentina segundo. Europa, como en 2006, 2010 y 2014, en lo más alto del podio; América, otra vez masticando bronca. Hoy, cuatro años más tarde, la historia se repite. Aunque el desenlace ya mucho antes no tiene a un seleccionado de esta parte del continente. Los cinco que llegaron se fueron antes. Sí, el Mundial, el que todos quieren ganar, se transformó en una Eurocopa…

El sueño, la ilusión, la esperanza y el anhelo por levantar la Copa del Mundo el domingo 15 de julio quedó trunco para Argentina, Perú, Colombia, Uruguay y Brasil. Todo terminó antes. Por errores propios pero sobre todo por virtudes ajenas. Sí, hoy hay que decirlo: los del Viejo Continente son superiores al resto.

¿Proyecto? Sí. ¿Jugadores? Sí. ¿Entrenadores? Sí. ¿Dirigencia? Sí. Cuando las cuatro patas están firmes, la mesa jamás se tumba. Y hoy los europeos, más allá de que Italia –campeón en 2006– y Holanda –semifinalista en 2014– no clasificaron, dejan en claro que están varios escalones por encima del resto.

Mientras tanto, del otro lado del Atlántico la crisis se apoderó de Argentina, la mala fortuna dejó en el camino a Colombia, la inexperiencia le jugó en contra a Perú, la ausencia de una figura caló hondo en Uruguay y la falta de un plan B hipotecó a un Brasil que pintaba para rey y se vuelve como mendigo.

Argentina llegó a los tumbos y se fue por la puerta atrás envuelto en una crisis que aún no se sabe cómo va a seguir. Con un Messi apático y un plantel quebrado, Francia le puso punto final a una generación que fue protagonista pero que no pudo lograr ningún objetivo.

Perú volvió a una Copa del Mundo y todo un país estuvo expectante. La incertidumbre por la habilitación a último momento para que Paolo Guerrero pueda jugar mantuvo al plantel de Gareca con la cabeza en otro lado. Es verdad que mereció mejor suerte y hasta puso contra las cuerdas al mismísimo Francia… pero el penal que erró Cuevas en la primera fecha con Dinamarca lo condenó a la eliminación.

Colombia fue de menor a mayor en la etapa de grupos. Tras arrancar con una derrota con Japón, se recuperó y fue protagonista. Pero como en 2006, Pekerman falló en un partido decisivo. ¡Tres volantes centrales para jugarle a Inglaterra! Priorizó el esquema por sobre el juego. Fue a alargue por el milagroso cabezazo de Mina. En la lotería de la definición desde los doce pasos, falencias propias y virtudes del arquero inglés lo mandaron de regreso a casa.

Uruguay, sin brillar, se metió rápidamente en segunda ronda. Ganó los tres partidos y en octavos contó con un demoledor Cavani. Sin embargo, la estrella del PSG se lesionó y ese fue un duro golpe. Ausente ante Francia, los charrúas fueron inofensivos y sufrieron en carne propia lo que padeció Argentina: la potencia de un serio candidato a la corona.

Brasil refundó su fútbol tras el papelón del 1-7 de hace 4 años con Alemania en el Maracaná. Dio el primer paso con el oro olímpico y la revancha en el Maracaná hace dos años. El DT armó un equipo, ganó al trotecito las eliminatorias y en el Mundial el Scratch mostró destellos de equipo fantástico, aunque con un Neymar diezmado tras un año donde sufrió lesiones en su flamante casa: PSG. Pero este viernes no tuvo su noche: se durmió de arranque, padeció dos sopapos de Bélgica y la debió remar de atrás. No le alcanzó y armó las valijas para sorpresas de casi todos…

El Mundial ya entra en su recta final. El domingo 15 de julio asoma cada día más. Y ese día el que levantará la Copa será otra vez, como en 2006, 2010 y 2014, un europeo. Aunque duela, ellos siguen siendo los mejores. Por algo será.