El FMI recomendó a la Argentina frenar la rebaja de retenciones a las exportaciones de soja y postergar aspectos de la reforma tributaria, para mejorar la situación fiscal del país, trascendió hoy.
En el «staff report» que los técnicos del organismo elevaron al Directorio para que la Argentina consiguiera la línea de crédito de USD 50.000 millones, sugirieron también «vender tierras» y amortizar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad para financiar el pago de reclamos jubilatorios.
Para lograr disminuir el déficit primario y llevarlo a 2,7% del PBI este año y a 1,3% en 2019, proponen retrasar la implementación de partes de la reforma tributaria aprobada recientemente hasta 2020 como un medio para preservar los ingresos.
También sostienen que habría que «mantener la tasa promedio de impuestos a la exportación en productos de soja en 25,5%».
Las retenciones a la soja son hoy de 26,5% para la exportación del poroto y de 23,5% para los subproductos y derivados.
El presidente Mauricio Macri ya dijo que no se tocará el cronograma de baja de esas retenciones.
Recomiendan, además, «vender tierras y amortizar los activos de los fondos de pensiones que actualmente tiene el Gobierno para financiar parcialmente el pago del gobierno de los reclamos de pensiones pasadas».
Además, pide acelerar la reducción de subsidios y recortar el gasto, aunque da detalles de que habría que disminuir «la masa salarial salarial mediante la reducción del empleo público a través del congelamiento a los ingresos en la administración nacional (excluyendo universidades) para 2019 y 2020».
El jefe de la misión Argentina del del FMI, Roberto Cardarelli, consideró que la Argentina «empezará una recuperación gradual en 2019 y 2020, ante una mayor confianza y una caída en los costos de capital y en la inflación», según documentos del organismo.
Consideró que la economía crecerá este año 1,5%, afectado por la sequía y alrededor del 3% en el 2020.
Caldarelli consideró que Argentina «es menos vulnerable que antes de la recesión a comienzos de la década de 2000».
«El régimen de tipo de cambio es un gran cambio. Ahora está flotando, no está fijo, por lo que funciona como un amortiguador, y los bancos y el sector privado también operan sin dinero prestado en moneda extranjera, por lo que sus balances no están en riesgo por una depreciación del peso», agregó Caldarelli.