La acusación en contra de Matías Martínez es por un hecho ocurrido a comienzos del 2020: la víctima es una adolescente, sobrina de su ex pareja. La Justicia no lo detuvo
Otro hecho indignante en torno al femicidio de Úrsula: el oficial Matías Martínez, detenido por apuñalar hasta la muerte a la joven de 18 años, había sido denunciado al menos tres veces por violencia de género y amenazas. Tenía una causa por abusar de una adolescente con discapacidades. La Justicia ya había rechazado detenerlo cuando el fiscal Sebastián Villalba de la UFI N°2 de la jurisdicción pidió su arresto el 5 de enero pasado, días antes de que Úrsula lo denunciara otra vez por atormentarla.
Según publica Infobae, el pedido fue presentado en el Juzgado de Garantías N°2 de Mercedes, con su magistrado de licencia en ese entonces. El juez Marcelo Romero, subrogante, a cargo del Juzgado N°1, no hizo lugar al pedido: adujo que no habilitaría la feria, al no desear vulnerar el principio del juez natural.
Tras el fin de la feria, el fiscal Villalba insistió con el pedido de arresto el 4 de febrero, un día antes de que Úrsula volviera a denunciar a Martínez en Rojas. El Juzgado N°2, hasta hoy, no habría resuelto el planteo.
Así, en medio de la desidia judicial, Martínez llevó a Úrsula a un paraje rural a 20 minutos de su casa en el barrio La Loma en Rojas para apuñalarla en el cuello, en el tórax y en el dorso, al menos 15 veces según la autopsia.
La denuncia, adelantada por Clarín, se radicó el 26 de junio: la menor recordó el ataque ocurrido meses antes en el auto de Martínez. Relató cómo el hombre debía trasladarla a un lugar y cómo aprovechó el momento de soledad para atacarla. La naturaleza de la discapacidad de la víctima, una adolescente, es mantenida en reserva. Lo que publica Infobae es que, de manera inequívoca, la víctima señaló a Martínez. La denuncia llegó luego de que su tía terminara la relación con el policía.
Su carpeta psiquiátrica, con la cual fue despojado de su arma y separado de la fuerza, comenzó a principios de septiembre de 2020. Ya cargaba con una denuncia previa por la que debía declarar el 18 de este mes: las amenazas a punta de pistola cometidas contra otra pareja, Belén, también de Rojas, luego de que el hijo de la joven se orinara en la cama.