En la demanda, presentada anoche en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Washington, el FBI pidió la detención de Riley June Williams, residente de Pensilvania
EL FBI acusó formalmente a una joven que participó en el ataque y temporal ocupación del Congreso de Estados Unidos hace dos semanas de robarle una computadora portátil a la presidenta de la Cámara de Representantes, la opositora Nancy Pelosi, para venderla a una agencia de espionaje rusa, según informó hoy la prensa.
En la demanda, presentada anoche en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Washington, el FBI pidió la detención de Riley June Williams, residente de Pensilvania, por motivos que incluyen la «entrada violenta y conducta desordenada en terrenos del Capitolio», según informó la agencia de noticias AFP.
Por el momento, las autoridades desconocen su paradero.
En base a varias fotos y videos de los graves disturbios registrados en el Capitolio hace dos semanas, un agente del FBI aseguró que Williams fue vista cerca de la oficina de Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes y la dirigente opositora más poderosa del Congreso hasta que asuma el miércoles la vicepresidenta electa, Kamala Harris, como titular del Senado.
Un testigo, identificado en el documento judicial solo como W1 pero que afirmó ser «la expareja sentimental de Riley June Williams», alegó que ésta planeaba enviar la computadora portátil a un amigo en Rusia para venderla a la agencia de inteligencia extranjera SVR.
La maniobra «fracasó por razones desconocidas, y Williams todavía tiene el dispositivo informático o lo destruyó», sostuvo el testigo en su declaración jurada.
Una multitud de fanáticos del presidente saliente Donald Trump, alentada por éste, marchó hasta el Capitolio hace dos semanas y lo invadió cuando el Congreso debía certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden.
En el lugar hubo violentos enfrentamientos que dejaron cinco muertos, incluido un policía, por lo que hoy Trump enfrenta un segundo juicio político por «incitar a la insurrección».
El Congreso permanece cerrado antes de la investidura del próximo miércoles de Biden, un evento que, según la Policía, algunos manifestantes de extrema derecha amenazan con impedir.