El precandidato a presidente de Uruguay por el Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, propuso conformar una coalición con los partidos Nacional e Independiente para “mostrar las diferencias” con el gobernante Frente Amplio en las elecciones generales de octubre próximo.
En una entrevista que publica hoy el diario montevideano La República, el además dos veces ex presidente uruguayo y favorito a ganar las primarias «coloradas» acotó que a los 83 años decidió regresar a la política para apoyar a su partido, uno de los tradicionales del país, que afronta una crisis que podía llevarlo a la desaparición.
“Soy partidario firme de formar una coalición habida cuenta que nadie tiene una mayoría suficiente, ni la va a tener. La oposición puede llegar a tener una mayoría en octubre y puede consolidarla en noviembre (para el balotaje)», aseguró.
«Pero, a mi juicio, para consolidar a noviembre, el candidato que sea que llegue en esa posición, tiene que tener una expresión de apoyo que lo consolide”, agregó.
Sanguinetti sostuvo que “nadie va a tener 40%, difícilmente alguien tenga 35%» de los votos en las próximas elecciones.
«Es decir que hay que generar previamente a octubre un compromiso sobre cinco, seis puntos esenciales, que muestren una visión del país, que muestren las diferencias con el Frente, en esos puntos esenciales”, apuntó.
Además insistió en que esa alianza no deberá ser “simplemente una coalición electoral, sumada para ganar”, sino “la oferta de una alternativa al país”.
Sanguinetti se encamina a imponerse cómodamente a Ernesto Talvi en las primarias abiertas coloradas, en tanto Luis Lacalle Pou ganaría con cierta comodidad las del Partido Nacional o Blanco a expensas de Jorge Larrañaga, entre otros postulantes, según todos las encuestas de intención de voto.
En el Frente Amplio, Daniel Martínez, Carolina Cosse, Mario Bergara y Óscar Andrade disputarán la interna abierta, aunque los dos primeros tienen mayores posibilidades, de acuerdo con los sondeos.
Las encuestas indican que el Frente Amplio ganaría la primera vuelta con comodidad, pero no escaparía a un balotaje en el que podría ser derrotao por el candidato «blanco», que llegaría con los votos propios y los de los colorados.