José Félix Domínguez, integrante del seleccionado argentino de esgrima, es diseñador industrial y en plena cuarentena hace protecciones con una impresora 3D para personal de salud
Durante la cuarentena social, preventiva y obligatoria por el coronavirus, los atletas aprovecharon esta situación sin precedentes para compartir sus rutinas de entrenamientos e incentivar a la gente a permanecer activos, fuertes y sanos en casa. Pero además, muchos mostraron una faceta muy importante: su espíritu solidario.
El esgrimista José Félix Domínguez le dio un enfoque solidario a la lucha contra la pandemia. El ganador de la medalla de plata en espada por equipos en los Juegos Panamericanos Lima 2019 es además diseñador industrial y con una impresora 3D que tiene en su casa fabricó máscaras protectoras para donar a establecimientos de salud en Bella Vista, donde vive.
“La mayoría de los atletas hacen sus aportes a través del deporte tratando de mostrar cómo entrenar. En mi caso, al tener otra profesión, pude apuntar para otro lado. Cada uno aporta desde donde puede y mi idea siempre fue tratar de mostrar que cada uno, desde su lugar, puede hacer cosas, aprovechar el tiempo en casa y poder llevar una noticia positiva en este momento de incertidumbre”, explicó “Koko”.
Con un grupo de amigos, colegas y otros compañeros de trabajo, Domínguez investigó diferentes alternativas para poder ayudar, qué cosas necesitaban más testeos para ser aprobados y cuáles eran las que podían ser de uso inmediato. A partir de eso, llegaron a la conclusión de que “el objeto más fácil de hacer, más práctico y más eficiente, era la mascara”.
“Enseguida empecé a fabricar, incluso antes de tener un grupo claro de a dónde iban a ser dirigidas las máscaras. Fui armando un equipo con otros amigos de la zona de Bella Vista, en el partido bonaerense de San Miguel, que es donde tengo la mayor cantidad de conocidos y armé una red para poder distribuir las máscaras por ahí”, contó el atleta de 36 años.
Asimismo aclaró que “otra parte del equipo se encargaba de distribuirlas principalmente al Hospital Larcade, de San Miguel, o a algunos conocidos que tenían médicos en el Hospital de Moreno. No las distribuían dentro del sistema, sino que se entregaban en un lugar que se llama “Farmacia del Hospital” y las van usando a medida que se tengan necesidades”.
Después de casi 55 días de producción, “Koko” hizo entre 450 y 500 máscaras. “Hace cuatro días ya paramos de producir porque por la zona ya desarrollaron otra tecnología que se llama “inyección de plástico”, y se pueden producir de a miles por día. Ya no tenía mucho sentido seguir haciéndolas. Yo podía hacer dos máscaras cada una hora y 40 minutos y, a esta altura, me parece que ya hay una sobreoferta porque es muy fácil conseguirlas y el abastecimiento ya no es un problema”, reconoció el medallista de plata en espada individual en los Juegos Panamericanos Toronto 2015.
Sin embargo, Domínguez no se detiene y sigue pensando en otras formas de ayudar: “Ahora estoy viendo qué otras cosas se pueden hacer para poder seguir aportando. No tiene mucho que ver con productos sólidos, sino con una plataforma de fabricación que estoy desarrollando hace seis meses ya. La idea es apurarla un poco para poder aportar al sistema de fabricación descentralizada”.
Entre sus proyectos y su trabajo, el esgrimista también se hace un tiempo para seguir con sus entrenamientos y cumplir con la planificación que le indica el preparador físico. “Seguimos entrenando con el equipo nacional a distancia, con horarios rigurosos. Por suerte es una linda obligación. Hoy por hoy, los entrenamientos están enfocados más en la parte física, pero al no tener certeza en las fechas, es muy difícil manejar el tema de las intensidades. Estamos haciendo como una pretemporada, con ejercicios de fuerza, y esperando que nos lleguen los implementos para poder entrenar, pero siempre tratando de mantenerse activos”, sostuvo el campeón en espada individual en los Juegos Suramericanos Santiago 2014.