El economista Daniel Marx fue operado en el Sanatorio La Trinidad de San Isidro tras ser apuñalado en el hígado cuando regresaba a su casa en la localidad bonaerense de Martínez.
«Fue operado en el día jueves, se drenó la sangre acumulada y se cerró la lesión hepática», indica el parte firmado por Oscar Raúl Yunk, jefe de terapia intensiva.
El paciente sufrió una «grave» herida punzante en el hígado con «abundante» pérdida de sangre, según el último parte médico del sanatorio al que accedió el diario La Nación, que precisó que el economista se encuentra en la unidad de cuidados intensivos.
El ataque al exdirector del Banco Central ocurrió en Figueroa Alcorta, a la altura de la planta potabilizadora de Agua y Saneamientos Argentinos (AYSA), en Palermo.
Los delincuentes, que según los allegados habrían sido tres, le robaron la bicicleta.
«Él no advirtió que estaba herido. Se dio cuenta cuando llegó a su casa de Martínez», agregaron sus allegados.
Indicaron que perdió mucha sangre y que «salvó su vida de milagro».
El hecho ocurrió este jueves por la tarde en la avenida Figueroa Alcorta, a la altura del barrio porteño de Palermo, cuando Marx regresaba a su vivienda, según fuentes policiales.
Tras el ataque, el economista continuó hacia su domicilio y allí comenzó a sentir un fuerte dolor en el abdomen, para luego notar que tenía manchas de sangre en la ropa.
En ese momento, Marx se dirigió a una clínica y en el lugar los médicos le detectaron la herida de arma blanca, por lo que lo dejaron internado en observación.
Marx, que fue director del Banco Central entre los años 1987- 1988 y también Secretario de Finanzas del Ministerio de Economía de la Nación durante 1999-2001.
Fuentes policiales porteñas y bonaerenses aseguraron que hasta anoche no se había presentado una denuncia por esa agresión, pero aseguraron que se iniciará una investigación a partir de tomarse conocimiento del caso por la difusión pública.
Se analizarán imágenes de las cámaras de seguridad cercanas en procura de dar con pistas que permitan individualizar a los atacantes.