La divisa informal resta 3,6% desde el récord de la semana pasada
Este miércoles el dólar blue revirtió sobre el cierre la caída inicial de un peso y terminó ofrecido a 135 pesos para la venta en un reducido mercado marginal. El pasado viernes, el dólar libre cerró a $139, después de tocar un máximo de 140 pesos.
El billete informal sostiene un alza de 7,1% u nueve pesos en lo que va de julio y acumula una ganancia de 79,4% en 2020, mientras que mantiene una brecha de 87% con el dólar oficial mayorista, próxima al 100 por ciento alcanzado en mayo.
El economista Walter Morales, presidente de Wise SA, recordó que “los bloqueos a las cuentas bancarias influyen en la baja del blue, porque al tratarse de un mercado chico, limitar al ‘puré’ colabora. Acotó que “un factor un poco más lejano es que la economía informal en la Argentina es de, al menos, 35%, entonces, en la medida que avancemos hacia la mayor normalidad posible, me refiero a la actividad económica, se va vender dólar blue porque será necesario utilizar los pesos resultantes para comprar bienes sin registración fiscal. En buen criollo: todo aumento en la brecha con el oficial, es oportunidad de venta”.
Con los precios récord de la semana pasada, incide sobre la oferta de divisas la posibilidad de realizar la maniobra del “puré”, aquella donde los ahorristas que compran sus USD 200 en bancos, a $98,90 con el recargo de 30% del Impuesto PAIS, se hacen de una diferencia inmediata de unos $6.400 al revenderlos al precio informal, ahora con negocios por “delivery”.
El cupo de dólar oficial no es acumulativo. Ya la semana que viene, con el inicio de agosto, los individuos podrán acceder nuevamente a esta cuota de divisas y probablemente, haya ahorristas que recomprarán en bancos sus dólares vendidos al blue, para repetir el “puré” y hacerse de ese extra de pesos.
No obstante, los analistas consideran que la tendencia del dólar paralelo seguirá siendo alcista en lo que resta del año, debido a la intensa emisión monetaria que exigirá al Banco Central financiar el rojo fiscal y una mayor velocidad de circulación del dinero una vez flexibilizadas las medidas de aislamiento por el coronavirus.