Con una suba de 60 centavos con respecto al cierre de ayer, el dólar minorista cerró a $43,60 en las pizarras del Banco Nación y superó los $43,50, el máximo que se había registrado el pasado 7 de marzo, que había marcado el pico durante el gobierno de Mauricio Macri.
En tanto, el euro alcanzó los $50,50 para la venta minorista y superó por primera vez los $50, también según la cotización del Banco Nación. El lunes y el viernes pasado, la moneda europea había atravesado por primera vez el piso de los $49, con cotizaciones de $49,21 y $49,20 respectivamente.
Para la moneda estadounidense, se trata de la sexta suba consecutiva, con la que finalmente alcanzó un nuevo récord, impulsada por la dolarización de carteras por parte de inversores privados, a quienes ya no les alcanza la firme tasa de interés que diariamente convalida BCRA para frenar la presión cambiaria.
«Se deprecian las monedas de los vecinos contra el dólar y la Argentina es high beta (alta volatilidad), además tenemos riesgo político local frente a las chances de Cristina Fernández de Kirchner de presentarse a las elecciones y entrar al ballotage. También una acumulación de pasivos remunerados del Banco Central con vencimientos de muy corto plazo que crece muy rápido por las altas tasas de interés, y eso genera incertidumbre sobre la consistencia intertemporal de la política monetaria», explicó Federico Furiase, economista de la consultora EcoGo.
«Los dólares de la cosecha y del Tesoro podrían ayudar a calmar las aguas turbulentas en la ancha avenida de la zona de no intervención, pero estamos muy expuestos al riesgo político», agregó.