Más noticias

Salud

El diagnóstico precoz, fundamental para frenar la artritis reumatoide


 

La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica, de naturaleza autoinmune. Es una condición que, a menudo, es más frecuente en el sexo femenino. En general, aparece en personas adultas mayores, pero puede iniciarse en cualquier etapa de la vida.

Es importante considerar que, sin el tratamiento adecuado, la enfermedad puede causar, en sus fases avanzadas, importantes limitaciones físicas. Además, con el paso del tiempo, da lugar a un marcado deterioro de la calidad de vida.

Síntomas

Los síntomas de la artritis reumatoide son muy variados. Sin embargo, en general incluyen rigidez, dolor y limitación de movimiento de las articulaciones afectadas.

Esta enfermedad produce síntomas como dolor, tumefacción, rigidez o dificultad de movimiento en diversas articulaciones pequeñas y grandes. Los síntomas generales, que a veces preceden a las manifestaciones articulares, incluyen básicamente: cansancio, sensación de malestar, fiebre ligera, inapetencia y pérdida de peso corporal.

Las posibles manifestaciones extraarticulares, que suelen presentarse cuando la artritis reumatoide ya está establecida, afectan principalmente a la piel, ojos, corazón, pulmones y vasos sanguíneos.

El síntoma inicial más frecuente es la rigidez articular por la mañana, sobre todo en las articulaciones de manos y pies. Aparece después del descanso nocturno y conlleva una notable dificultad de movimiento.

La rigidez matutina se puede acompañar de cansancio, fiebre, pérdida del apetito y debilidad muscular. Este conjunto de síntomas a veces aparece semanas o meses antes que el dolor y los signos que denotan inflamación articular.

Tratamiento

Sin el tratamiento adecuado, los brotes tienden a ser más frecuentes y duraderos. Esto da lugar a que  las articulaciones afectadas vayan perdiendo progresivamente la movilidad y se produzcan deformaciones óseas.

El tratamiento de la artritis reumatoide consiste en un conjunto de medidas relacionadas con el estilo de vida, el reposo y el ejercicio, junto con una terapia farmacológica.

Este conjunto de medidas alivia los síntomas, mejorando la calidad de vida de los afectados. Los mejores resultados se consiguen cuando se consigue diagnóstico precoz y se establece el tratamiento en las fases iniciales de la enfermedad.

¿Cuáles son las causas de la artritis reumatoide?

Aún no se conocen en profundidad sus causas. Lo que sí se sabe es que se trata de un trastorno autoinmune y que en su origen intervienen causas o factores genéticos, así como causas o factores no genéticos.

Factores genéticos

Los factores genéticos incrementan el riesgo de que se desarrolle la enfermedad. Según los estudios llevados a cabo sobre esta enfermedad, son varios genes los implicados en su origen.

No obstante, los factores genéticos solo predisponen a padecer la enfermedad, pero no son determinantes. Aunque si hay antecedentes de artritis reumatoide en familiares cercanos, esto constituye un factor de riesgo a tener en cuenta.

Factores no genéticos

En cuanto a los factores no genéticos, existen varios a tener en cuenta, siendo los más relevantes los siguientes: las infecciones, el estrés, las hormonas femeninas, el tabaquismo, la obesidad y el tipo de alimentación.

Recomendaciones para la artritis reumatoide

El ejercicio físico, una buena alimentación y algunos cuidados básicos pueden ayudar a mitigar los síntomas de la artritis reumatoide. Sin embargo, es fundamental mantener el tratamiento recetado por el médico.

A continuación se enumeran una serie de recomendaciones para la artritis, tanto para aliviar los síntomas como ayudar a que evolucione de forma más lenta.

  • Duerme una media de 8-10 horas. Se recomienda que el colchón sea duro y la almohada baja.
  • Reduce los episodios de estrés.
  • Evita actividades que precisen esfuerzos físicos, te obliguen a estar mucho tiempo de pie o que necesiten de movimientos repetitivos, sobre todo con las manos.
  • En el trabajo doméstico, intenta no hacer fuerza con las manos. Existen utensilios que pueden ser de gran ayuda para las tareas domésticas.
  • En los periodos de poca inflamación, es muy recomendable que hagas algún ejercicio físico de forma habitual y sin cansarte.
  • Inicia el día con un baño de agua caliente.Esto puede ayudar a reducir la rigidez o el agarrotamiento matutino.
  • Practica ejercicios adecuados para mantener una buena musculatura alrededor de las articulaciones. Por lo que es conveniente hacer ejercicios sin mover la articulación, sobre todo si está inflamada.
  • Utiliza aparatos que mantengan la posición adecuada de los dedos de las manos, férulas, para uso nocturno. Esto puede ayudar a prevenir futuras deformidades.
  • Usa calzado adecuado; elástico pero firme, con el talón sujeto, la puntera ancha y el empeine alto.
  • Evita el sobrepeso y la obesidad siguiendo una dieta saludable.

Conclusión

La evolución de la artritis reumatoide es muy variable, ya que en algunas personas se detiene de forma espontánea, mientras que en otras va progresando con el paso del tiempo.

Sin embargo, lo más habitual es que evolucione a lo largo de toda la vida, alternando períodos de brotes y períodos de calma relativa o absoluta.