Una semana atrás se conoció que La Campagnola cerraba sus dos plantas en Mendoza. Unas 125 familias mendocinas se quedaron sin su ingreso en medio de una crisis económica y laboral. Antonio Moyano, delegado sindical de una de las fabricas que cerró sus puertas, habló sobre el triste momento que está viviendo mediante un testimonio desgarrador.
Moyano tiene 55 años y desde los 20 años trabajaba efectivo en la empresa. En diálogo con FM Cielo de La Plata, el dirigente señaló que se enteró de la noticia unas horas después de asistir a cursos de capacitación de la empresa, por lo que el anuncio lo tomó de sorpresa. «Llegamos a nuestras casas y nos empezaron a llamar para decirnos que desde el lunes cerraban las puertas. Fue un baldazo de agua fría«, manifestó.
Según las informaciones, la fábrica ofrecía indemnización al 100% o la posibilidad de emigrar a la ciudad de Villa Mercedes en San Luis para seguir trabajando, a más de 300 kilómetros de distancia. Esta última opción pareciera imposible cuando se tiene en cuenta lo que conlleva mudarse de provincia con toda la familia.
Moyano pasó «toda una vida trabajando» en la empresa pero ahora teme por su futuro, ya que considera que con su edad no será fácil volver a conseguir empleo. «Somos gente mayor”, comentó Moyano, y agregó: «No voy a tener trabajo, ni sé si me voy a poder jubilar porque no sé si tendré aportes. Nos mataron en vida».
La Campagnola cierra dos plantas en Mendoza y despide a 125 personas
La fábrica que se trasladará a Villa Mercedes tiene 70 años de trayectoria, es conocida a nivel mundial. Producen conservas de duraznos, peras, cócteles. También granos, como choclos, porotos, arvejas, lentejas y jardineras.
“Nos quedamos con las puertas cerradas y los productos van a seguir existiendo, pero hechos en otras provincias”, sintetizó el trabajador.
Más allá de la situación puntual de La Campagnola, toda la zona este de Mendoza está en crisis. “Hay otras fábricas que producen lo mismo y antes trabajaban 4 meses, hoy tienen un solo mes. La zona está desolada, no hay producción, no se puede mantener una fábrica abierta por los costos de la electricidad, del combustible”, explicó Moyano, y remató: “Es imposible seguir viviendo de esta forma».