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El consumo problemático de sustancias en Argentina es «más grave» que antes, pero no se profundizó en prevención


Según un estudio, “los mayores de 15 años y los adultos jóvenes son los sectores más afectados”

El consumo problemático de sustancias es considerado actualmente “más grave que en el pasado” en Argentina, pero este agravamiento no se refleja en la inserción de la temática en los ámbitos educativos y los debates políticos y sociales, indicó una encuesta de percepción general del Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Entre las principales conclusiones, el estudio de exploración sobre la percepción del tema en la población general determinó que se da en Argentina un «medio ambiente que facilita el acceso (a sustancias), escaso tratamiento del tema en los debates públicos, escasa percepción de las políticas de prevención, no mención de iniciativas psicoeducativas, y dudosa percepción del daño que producen».

Ante estos resultados, la encuesta detalló al consumo problemático de sustancias como «un área relevante y que requiere atención», e instó a comprender a la salud mental como parte de la salud de las personas que «debe ser atendida del mismo modo que la salud física».

La encuesta, que incluyó una muestra de 2.072 personas consultadas de distintas edades y zonas geográficas del país, demostró que la gran mayoría de los participantes, más del 85%, considera que el consumo problemático de sustancias es actualmente más grave que en el pasado.

Sin embargo, la mayoría piensa que este agravamiento no se refleja en la inclusión de la temática en el ámbito educativo ni los debates sociales, aún cuando “los mayores de 15 años y los adultos jóvenes son los sectores más afectados”, indicó el informe del OPSA, dependiente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA).

Pese a la existencia de acciones preventivas como el Programa de Prevención y Cuidados en el Ámbito Educativo, del Ministerio de Educación de la Nación, o el programa de Prevención de adicciones, del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, el 80% de los participantes del estudio con hijos en edad escolar aseguraron que “los mismos no recibieron información sobre consumo problemático de sustancias en el colegio”.

Tal como explica el informe, esta situación puede ser atribuida, entre otras razones, a “las brechas entre legislaciones y ejecuciones de los programas, dificultades operativas (y la) crisis sanitaria de Covid-19”.

En ese marco, el OPSA recomendó pensar en “políticas que incluyan prácticas psicoeducativas concretas en los grupos etarios más vulnerables a esta problemática”, y resaltó la importancia de “brindar información accesible de un modo atento al impacto emocional y cognitivo” que pueden conllevar estas problemáticas.

Dentro del ámbito familiar, más del 88% de los participantes que tienen hijos respondió haber dialogado con ellos sobre el consumo problemático de sustancias, lo que “refleja una preocupación por esta temática”.

Más del 40% consideró que existe una fuerte relación entre el consumo problemático de sustancias y otros problemas de salud mental, mientras que sólo un 6,56% no cree que exista esta relación.

En tal sentido, el estudio aseveró que «es importante destacar que el consumo problemático y los trastornos mentales no son dos dimensiones separadas sino que el consumo problemático es parte de los trastornos mentales».

Sin embargo, la mayoría de los participantes -más del 83%- aseguró que no se incluye a la salud mental dentro del debate social sobre las drogas.

En cuanto al acceso a sustancias, específicamente a la cocaína y marihuana, el estudio demostró que «resulta fácil para la mayoría de los participantes», en tanto el 79% consideró que es muy fácil o fácil obtener cocaína si lo deseara, y casi el 90% respondió lo mismo respecto de la marihuana.

«Especialmente los jóvenes, de alto nivel educativo, género masculino y aquellos que se definen de clase alta o baja son quienes muestran mayores porcentajes de experiencia de consumo», señaló el informe.

Casi el 80% de las personas consultadas consideró, también, que el Estado y los sistemas de cobertura médica «deben cubrir el tratamiento de los problemas causados por el consumo problemático de sustancias».