El consumo moderado de vino, tanto en el hombre como en la mujer, es beneficioso para la salud porque repara los daños producidos por el metabolismo, según un nuevo concepto científico que reclasifica a esa bebida como un alimento con efectos antienvejecimiento y de rejuvenecimiento porque enlentece y repara los daños del organismo.
Ese nuevo concepto científico tiene origen en un estudio sobre consumo de alimentos en 26 países que llevó adelante la OMS en la década del ’80 y que mostró a Francia con las cifras más bajas de mortalidad per cápita a pesar de su alto consumo de grasas, y ese resultado fue atribuido a la presencia del vino en la dieta.
«El estrés oxidativo, que es un estado de desbalance por el exceso de radicales libres producidos por el metabolismo y que no se pueden eliminar por el déficit de defensas antioxidante, causa envejecimiento prematuro y está en el origen de las enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el cáncer y las neurodegenerativas», explicó Raúl Pastor, médico del Hospital de Clinicas de Buenos Aires.
El profesional, especialista en Seguridad Alimentaria, Consumo, y Nutrición, agregó que «una nueva generación de antioxidantes como el resveratrol, presente en el extracto de las uvas, neutraliza a los radicales libres de manera natural, selectiva y sin efectos secundarios».
«Hoy sabemos que el consumo de vino no sólo es beneficioso para la salud sino que además repara los daños del metabolismo producidos por el estrés oxidativo», resaltó.
Destacó que «incluso, si se compara la cantidad de polifenoles que contienen algunas frutas, verduras y bebidas comunes, el vino es la principal fuente de polifenoles de la dieta y en este sentido vale destacar al vino argentino, que se diferencia por las bondades que posee gracias a los métodos de elaboración y las características que presenta el clima del país, por ejemplo».
Junto a otros especialistas internacionales, Pastor participó en Londres del coloquio «Vino y Salud», con el auspicio de la Embajada Argentina en Gran Bretaña, la Academia Argentina de la Vid y el Vino, y Bodegas de Argentina.
En el coloquio se presentaron y debatieron los desafíos que afrontan la ciencia y la medicina en pos de mejorar la calidad de vida del ser humano y reducir el impacto del envejecimiento y sus enfermedades.
Entre otros avances se presentaron estudios sobre las acciones neurocognitivas y vasculares de la ingesta de polifenoles de los vinos espumantes, y evidencias que muestran el impacto positivo que tiene la presencia de los polifenoles en el vino tinto para la salud cardiovascular.