Política y Economía

El consumo de lácteos cayó casi un 10% en 2024 y alcanzó niveles similares a la pandemia


Los productos de segunda o tercera necesidad como postres y flanes fueron los que menos se consumieron

El consumo de lácteos en Argentina sufrió una caída del 9,7% durante 2024, lo que implicó una reducción de 18,8 litros per cápita. La baja en la demanda se vio reflejada especialmente en productos como los postres lácteos y flanes, que registraron una disminución del 49%, y en la leche en polvo, que se retrajo un 34,2%. También se observó un descenso significativo en las leches saborizadas, con una merma del 34,8%, alcanzando niveles de venta similares a los de la pandemia. Dentro de la categoría de quesos, los de muy alta humedad cayeron un 25,8%, mientras que los rallados y fundidos descendieron un 13,8%. Otros productos afectados fueron la leche no refrigerada, que bajó un 10,8%, y el dulce de leche, con una caída del 10,7%.

En contraste, algunos productos lograron sostener mejor su consumo. Los quesos de baja humedad fueron los menos perjudicados, con un descenso del 3,2%, mientras que la leche en polvo descremada apenas cayó un 0,9%. El único producto que mostró un crecimiento durante el año fue el queso de alta humedad, con un leve incremento del 1,1%.

Si bien la comparación interanual reflejó un leve repunte del 3,3% en el volumen de productos vendidos y un aumento del 7,7% en litros de leche equivalentes, el informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina explicó que este crecimiento responde a la fuerte caída que se había registrado en diciembre de 2023 debido a la inflación. En términos generales, el saldo anual terminó con un descenso del 9,7% en volumen de productos y del 9% en litros de leche equivalentes.

El sector de las leches en polvo fue el más golpeado, con una contracción del 27,2% en toneladas y del 25,2% en litros equivalentes. Le siguieron otros productos lácteos, que bajaron un 10,1% en toneladas y un 10,3% en litros equivalentes. Las leches fluidas también sufrieron una caída significativa del 9,2% en toneladas y del 9% en litros equivalentes, mientras que los quesos presentaron una baja más moderada, con descensos del 6,7% en toneladas y del 4,1% en litros equivalentes.

El informe también destacó que los productos de mayor valor agregado, como quesos blandos, rallados, leches saborizadas, yogures y postres, fueron los más afectados por las subas de precios y la pérdida del poder adquisitivo, lo que impactó especialmente en el consumo de la clase media. A pesar de esto, la caída comenzó a desacelerarse en el segundo semestre del año.

Por otro lado, el informe advirtió que en un contexto de crisis económica es habitual que crezcan las ventas informales, lo que dificulta una medición precisa del consumo real. Además, la pérdida de poder adquisitivo llevó a que muchos consumidores optaran por productos sustitutos más económicos, como quesos análogos, bebidas con lácteos y margarinas.

El sector lácteo enfrenta un panorama desafiante, marcado por la inflación, la caída del consumo y la competencia de productos alternativos. Con una recuperación parcial en el último tramo del año, las expectativas están puestas en la evolución del mercado y en las estrategias que puedan adoptar las empresas para revertir esta tendencia negativa.