El consumo de carne de cerdo está creciendo a tasa sostenida en Argentina desde hace varios años y se estima que este año se mantendría la tendencia, por lo que se podría llegar a un nivel récord promedio próximo a los 16 kilos por habitante anual.
«El crecimiento del consumo local porcino de los últimos años muestra, en perspectiva, una de las tasas más altas del mundo», sostuvieron los economistas Juan Manuel Garzón y Valentina Rossetti, del Instituto Ieral de la Fundación Mediterránea.
En el análisis de la cadena de cerdo argentina, los especialistas señalaron que la expansión del mercado interno ha sido alimentada básicamente con producción local.
«Se estima que la producción 2019 será aproximadamente equivalente a unos 15 kilos por habitante año, mientras que las importaciones de 1 kilo por habitante. En el 2007, la producción local aportaba 7 kilos, menos de la mitad de lo que representa hoy, y las importaciones casi 1 kilo, es decir una cifra no muy lejana a la del presente», indicaron.
No obstante, este año se observa una desaceleración en la tasa de expansión de la producción, con variaciones interanuales que en algunos meses se ubican por debajo del 3%.
«De todos modos, luce poco probable que el volumen de carne ofrecida al mercado se estabilice; mejoras de productividad e inversiones en granjas medianas y grandes sostendrían la expansión», evaluaron.
En términos aproximados, estimaron que un 45% de la expansión de la producción observada en los últimos 10 a 12 años responde a la mayor dotación de madres porcinas(particularmente en granjas de mediana y alta escala).
«Otro 45% a mejoras de productividad (aumento de lechones vivos con destino engorde por madre año) y un 10% restante (quizás hasta un poco menos) al mayor peso de los animales faenados», dijeron.
Con respecto a los factores que explican el salto de productividad, dos de ellos se destacaron, el cambio tecnológico (la gran «modernización» de las granjas) y el crecimiento de la escala media.
Un tercer factor también contribuyó y es la mayor eficiencia en la gestión integral de los establecimientos. «Un poco más relegados, considerando que no ha habido muchas experiencias, aparecerían una mayor especialización y una mayor integración de los actores de la cadena», añadieron.