El comedor «Piecitos descalzos» podría cerrar sus puertas «por la falta de ayuda»

 

Por Andrea Astiasuain

La situación económica del país cada vez hace más difícil que cientos de argentinos puedan tener, al menos, un plato de comida al día. Ante estas situaciones, organizaciones sociales y/o personas, a quienes solo las mueve la solidaridad, brindan su espacio, su dinero y su tiempo para decir presente ahí donde el Estado falta. Pero, la preocupante situación se agrava cuando son esas personas u organizaciones dispuestas a ayudar quienes se quedan sin recursos.

«Piecitos descalzos», un comedor ubicado en La Plata 3215, Barrio Giglione, en la localidad aledaña de Villa Gobernador Gálvez, es uno de los tantos lugares que está siendo víctima de las políticas económicas del gobierno nacional. María Laura Miranda, colaboradora del comedor, dialogó con CLG, y adelantó que tras celebrar el Día del Niño podrían verse obligados a cerrar sus puertas, aunque muchos gremios de la ciudad, entre ellos Luz y Fuerza, ya comenzaron a movilizarse para evitar que eso suceda.

El comedor de Villa Gobernador Gálvez funciona hace ocho años en el mismo lugar. Anteriormente, 70 personas de diferentes barrios se acercaban de lunes a viernes hasta «Piecitos descalzos» para recibir su plato de comida. Actualmente, el comedor abre sus puertas a 190 chicos y se cocinan más 250 raciones de comida para padres y abuelos.

Según cuenta Miranda, nunca recibieron subsidios de alguna organización política ni de ningún gobierno. Es por esto, que la solidaridad para este comedor es fundamental. Si bien hasta ahora solo funcionaban con donaciones de la sociedad, ahora no les alcanza. Esta situación los obligó a abrir lunes, miércoles y viernes. «Yo no se qué comen esos chicos los días que no abrimos, me hace muy mal», expresó.

En tanto a esto, María Laura está pidiendo ayuda para poder celebrarle el día de las infancias a todos los pequeños que asisten al lugar. «Nosotros el 24 de agosto vamos a hacer el Día del Niño, ya estamos sobre la fecha y no tenemos nada. Queremos juntar lo máximo que se pueda en juguete, usado o en buen estad», manifestó la joven, y agregó: «Donaciones para los chicos, para alimento diario o para la fiesta, ya sea golosina, hamburguesa, pan de hamburguesa, juguetes, aderezo, galletitas».

Miranda informó que si alguien quiere colaborar puede acercarse hasta Montevideo y Paraguay, la verdulería donde trabaja su pareja de 8 a 20 horas, al Comedor en Villa Gobernador Gálvez o comunicarse a los siguientes teléfonos: 3413785266 ó 3413179039. 

¿Fin de un ciclo?

A pesar de vivir en otro barrio, María Laura empezó hace ocho atrás en el comedor, junto a otros vecinos del lugar, donde actualmente vive su amiga Eva. «Del minuto cero dije que iba a ayudar a hacer la comida, a colaborar con las cosas que se necesitaban y, bueno, después quede como la directora de la institución», dijo.

María Laura comentó que siempre le interesó ayudar y cuando vio que en el comedor no tenían para cocinar, empezó a comprar los alimentos. «Hice una asociación civil pensando que el Estado nos podía ayudar, pero nunca se hizo cargo», sostuvo.

La mujer, con el dinero que gana de una pensión y su trabajo, además de hacerse cargo de su casa, lleva adelante «Piecietos descalzos». «Voy al banco de alimentos con mi plata y dono para que se sigan cocinando pero se está haciendo muy difícil. De hecho, esta semana no se si voy a poder comprar», comentó María Laura, y añadió: «Cuando comenzamos con el comedor tenía trabajo, no necesitaba dinero, con lo que yo trabajaba me alcanzaba. Hoy en día, no me alcanza a mí, no le alcanza a la gente».

María Laura destacó que la solidaridad forma parte de la ciudadanía pero los tiempos que corren no son buenos para nadie. «La gente siempre fue solidaria, siempre ayudó pero hace tres años que se nos está haciendo muy difícil, muy difícil y hay días que no se si ni para donde agarrar».

Ante esta situación, Miranda comunicó a través de su cuenta de Facebook que después del Día del Niño que está la chance de que cierre el comedor porque «nos hace mal no poder cumplir con las familias de piecitos». «No somos magos ni mucho menos», publicó, y procuró que a partir de diciembre «cambie la situación».