CLG dialogó con su coordinadora, María Laura Miranda, quien contó que por las pocas donaciones no les alcanza para suplir la demanda que hay en el barrio
La llegada de la pandemia al país impactó de lleno en las instituciones barriales que trabajan por poner un plato de comida en la mesa de quienes más lo necesitan. El impacto económico y social del coronavirus hizo que durante 2020 la demanda en comedores y merenderos se disparase, mientras que las donaciones particulares cayeron drásticamente. Pese a una leve mejoría, el 2021 viene siendo otro año dificultoso para estas organizaciones, incluso para Piecitos Descalzos, un comedor de Villa Gobernador Gálvez que lleva más de 10 años asistiendo a las familias del barrio Ghiglione.
Pese a su larga historia y a su afinidad con el barrio, Piecitos Descalzos también está enfrentando una dura situación, debido a una demanda que bajó, pero que se mantiene alta, y a una preocupante caída en las donaciones particulares. CLG dialogó con su coordinadora, María Laura Miranda, quien contó que en el comedor tienen una lista de espera ya que no tienen los alimentos suficientes para suplir la demanda.
En primer lugar, Miranda contó cómo evolucionó la situación desde la llegada de la pandemia: «Dentro de todo lo estamos sobrellevando. El año pasado se nos hizo muy duro, no teníamos nada de nada. A raíz de la pandemia, la provincia empezó a ayudarnos con alimentos y gracias a esto estamos un poco mejor, pero seguimos necesitando donaciones».
La crisis económica no sólo afecto al comedor, sino también a las personas que colaboraban: «Las donaciones particulares viene muy mal. Antes vivíamos cocinando con lo que la gente nos enviaba, pero la pandemia afectó a muchísimas personas que dejaron de donar al comedor. Las donaciones nunca se recuperaron desde que empezó la pandemia».
«Ahora dependemos de los alimentos que nos manda la provincia y lo que retiramos del Banco de Alimentos cada 80 días. Eso es lo que a nosotros nos afecta. Las chicas están cocinando de lunes a viernes, pero nos falta carne, verduras, frutas y condimentos. Sólo con arroz no se puede cocinar, es muy difícil», agregó, compungida.
Además, la coordinadora de Piecitos Descalzos relató la dura situación que se vive en el barrio Ghiglione, la cual hizo que tuvieran que poner una lista de espera: «En el barrio hay muchas personas que se están volviendo anotar en el comedor porque no logran conseguir trabajo. Nosotros por la pandemia llegamos a cocinar más de 500 raciones por día. Hoy estamos entre 300 y 350 raciones, pero tenemos una lista de espera, porque no tenemos para cocinar más. Obviamente cuando llegan más donaciones los incluimos, pero no nos alcanza para cocinarles siempre».
Por otra parte, al ser consultada sobre si se vieron afectados por las nuevas restricciones, señaló: «Desde el Municipio nos piden que no se junte mucha gente afuera del comedor. Tuvimos que cambiar la forma de entrega, ahora tienen que venir, dejar los recipientes, y volver a la tarde a retirarlos».
Por último, hizo un llamado a quienes puedan ayudar: «Espero que la gente pueda seguir colaborando, todo suma, aunque sea lo mínimo. Por ahí lo que más necesitamos es verdura, pollo, carne, frutas. Hace muchísimo tiempo que los chicos que no comen fruta».
Para colaborar con este comedor de Villa Gobernador Gálvez pueden acercarse al lugar, en La Plata 3215. Además, pueden comunicarse al 153230217 o al Facebook de María Laura Miranda.