El albirrojo, institución ubicada en Chacabuco 2213, volvió a latir fuerte y es un espacio de referencia para los vecinos que ven florecer a un club con más de 60 años de historia
Es uno de los puntos de encuentro histórico que tiene el tradicional barrio República de la Sexta. El Club Social, Deportivo y Biblioteca Arizona fue fundado el 21 de septiembre de 1941 por un grupo de amigos que anhelaba un espacio para despuntar el vicio de jugar al básquet y al fútbol, y también para compartir las vivencias tras la jornada laboral.
Ubicado en calle Chacabuco 2213, desde sus comienzos, además del deporte y lugar de encuentro, el club funcionaba como espacio cultural para leer sin pausa ni prisa. Con el devenir del tiempo, la institución se fue degradando. Pero desde hace un tiempo comenzó a florecer mediante la recuperación institucional, de la mano de un hijo de uno de los fundadores y un leal grupo de socios y vecinos, que trabajan a diario para que toda la barriada vuelva a disfrutar del lugar.
Osvaldo Sopranzi es el presidente del Club Arizona, también conocido como ‘el albirrojo’ y tiene un fuerte vínculo con el club. “Mi papá Atilio fue uno de los socios fundadores. Me crié acá adentro. Soy del barrio y esto es todo para mí”, relató de arranque el directivo, de 63 años. “Incluso mis padres se conocieron en este lugar, así que el club es como mi segunda casa”, sostuvo.
“El barrio República de la Sexta contaba en un momento con muchísimos clubes y mucha rivalidad en el básquet. Nosotros éramos uno de los más históricos en este deporte”, recordó.
Sobre los orígenes del Arizona, señaló que “el club se fundó el 21 de septiembre de 1941 en la calle Riobamba 57 bis”. Si bien ahora hay un ingreso por Riobamba 19 bis, el domicilio legal en la actualidad es Chacabuco 2213, con un frente amplio pintado de rojo y blanco que domina la esquina.
Sopranzi explicó que “a estos terrenos los donó un empresario vitivinícola de apellido Dota. En los comienzos, de un lado de la cuadra estaba el campo donde se hacían los deportes, y enfrente se situaba la oficina donde funcionaba la sede, que terminó quedando en poder de los herederos del comerciante, porque no se había realizado la correspondiente escritura”.
El presidente además contó con un dejo de nostalgia que “mis viejos y todo el barrio venían a los bailes de carnaval, que eran muy populares porque se hacían grandes shows”. Y agregó: “Otro grato recuerdo que tengo de mi infancia es que cada 25 de diciembre lo pasábamos junto a los vecinos. Se compartía todo”, abundó. “Si bien eso se perdió, junto a la comisión directiva queremos recuperar esa tradición”.
Osvaldo recordó además que “en los años ’40, ’50 y ’60 se hacían corsos con grandes comparsas y carrozas que llegaban hasta calle Pellegrini. Todos los chicos incluso se disfrazaban y disfrutaban de esos días especiales. Otra cosa que caracterizó al club fueron las carreras de bicicletas, donde había más de 60 participantes en cada edición”.
El titular del albirrojo contó que “arranqué a colaborar en este lugar cuando traía a mi hija a patín, en la década del ’90. Le daba fútbol infantil a mi hijo. Encontré una forma de dar una mano al club que tanto me representa”.
Con respecto a su rol actual en la institución, dijo que es “presidente desde 2014. Asumí por fuerza mayor debido a que las autoridades que estaban en ese instante debieron dar un paso al costado por motivos personales. Así y todo disfruto de esta responsabilidad porque estoy en el club que me crié y me unen lazos de sangre por mi padre, que fue uno de sus fundadores. Trato de honrar ese legado junto a un gran equipo de amigos y colaboradores. Todos queremos que Arizona vuelva a tener ese fuerte brillo que supo tener. Y lo vamos a lograr”, cerró con convicción.
Por otro lado, la historia de Marcelo Chiarlo con el club Arizona data de muchos años. «Comencé a relacionarme con socios y a participar de diferentes reuniones. Se fue dando todo de manera natural”, explicó el actual tesorero, quien a su vez sostuvo que “en realidad (todos) hacemos un poco de todo. Sobre todo para abaratar costos cuando hay que hacer una refacción o una obra”.
“Viendo que el club se venía a pique decidí aportar mi granito de arena. Osvaldo (Sopranzi) fue quien empezó a incursionarme en esto. Y acá estoy, formando parte de la directiva con placer”, narró.
Luego recordó otra parte de la historia, el nombre del club. “Le pusieron Arizona por la marca de cigarrillos. Incluso llevamos los mismos colores que tenía el atado”, dijo. “Cuando esto se fundó había una gran biblioteca, que en ese momento era como hoy en día contar con internet”, añadió antes de recordar con cierta impotencia que en 2014 se cayó una parte del techo, que era de fibrocemento, siniestro que trajo múltiples consecuencias.
Después remarcó que “la normalización del club comenzó entre 2016 y 2017. Empezamos a trabajar con la Dirección de Clubes de la Secretaría de Deporte y Turismo, que nos dio una mano bárbara con toda la documentación que se necesitaba para obtener todos los papeles como corresponde. Los trámites los terminamos el 22 de junio de 2018”, acotó.
“Una vez que tuvimos toda la documentación en regla pudimos gestionar distintos subsidios. En febrero de 2020 accedimos a los beneficios del Plan Abre con el cual pudimos realizar gran parte de los baños. Y en 2021 logramos otro subsidio provincial”, apuntó Chiarlo, quien destacó el trabajo que realizan otros integrantes de la comisión, y dio como ejemplo a Diego Alberti.
Mientras se realizan mejoras edilicias, las autoridades tienen preparada una batería de propuestas deportivas y recreativas para este 2022. La comisión pondrá a disposición de los socios y vecinos clases de salsa, patín artístico, taekwondo, boxeo, ajedrez, teatro, tela y vóley, entre otras disciplinas.
Las autoridades destacaron además que esperan “retomar este año con el programa provincial, que se llama Escuela de Formación Deportiva y nuclea a chicos entre 6 y 12 años”.
Tanto Sopranzi como Chiarlo destacaron que “en 2021 logramos brindar una especie de copa de leche para los 30 chicos que concurrían al proyecto provincial, y practicaban de manera gratuita handball, fútbol y vóley”.
Por último, ambos dirigentes comentaron que “cuando gente que venía de chica entra de nuevo y ve cómo está quedando el club, llora. Se emociona al instante. Todos notan un cambio radical y perciben que estamos haciendo muchas cosas para mejorar la infraestructura del club, nuestro Arizona”.