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El club María Madre cumplió el sueño de la cancha propia


Con el objetivo de fomentar valores a través del deporte en chicos del barrio La Lata, el espacio dio un paso fundamental para seguir creciendo.

Por Diego Carballido

Hace cuatro años, las ganas de juntarse y hacer algo por los chicos del barrio La Lata derivaron en la conformación de un equipo de futsal que practicaba en diferentes plazas y canchas prestadas porque no tenían ni siquiera un lugar de reunión. Pero este miércoles 1 de mayo quedará en la historia para ellos porque en Presidente Quintana 1544 se realizó la inauguración formal de la cancha del Club María Madre. «Es el sueño cumplido del barrio», explicó Giuliano Baruzzo en diálogo con CLG.

Baruzzo fue coordinador deportivo y entrenador, y ahora es mánager del lugar. Es uno de los referentes del espacio, aquel que surgió a partir de una idea que, con mucho esfuerzo colectivo, se convirtió en un club que cumple una función social fundamental en la zona de La Lata.

«Cuando llegamos, lo primero que instalamos fue un espacio social y educativo, una especie de centro de vida, y a partir de ahí surgió la idea de convocar a los pibes», contó el hombre, y agregó: «Sobre finales del 2016 surge la posibilidad de cambiar la modalidad y, en lugar de jugar a la pelota, decidimos que los chicos empiecen a practicar futsal. Con todo lo que implica el cambio».

Así nació el equipo de futsal del Club María Madre, conformado por jóvenes del barrio, muchos con problemáticas de consumo o con dificultades económicas. Con el tiempo se fue construyendo no sólo en un espacio de contención sino también en un grupo competitivo que rápidamente comenzó a obtener resultados en la liga local.

“Al principio, entrenábamos en las plazas del barrio y en el colegio Claret (Viamonte 1561) que nos prestaba la cancha porque nos quedaba cerca”, recordó. La modalidad de entrenamiento, principalmente, “les dio a los pibes una organización, reglas y una metodología de práctica deportiva».

«Lo vimos como algo positivo porque si pretendíamos fomentar valores y hábitos saludables, fue más interesante que se desarrollen dentro de la práctica de un deporte», esgrimió.

«En 2017 empezamos a competir en la asociación rosarina de fútbol de salón, pero no teníamos una cancha propia y por eso teníamos que ceder la localía en cada partido”, detalló. Fue en ese momento cuando lograron, por un tiempo entrenar en las instalaciones del predio de la Ex Rural, pero finalmente tuvieron que abandonarlo también.

«Nuestra identidad siempre fue la calle y las plazas», manifestó Baruzzo.

Pero llegado un momento, decidieron finalmente que tenían que salir a a buscar el apoyo de particulares para tener una cancha propia.

«Sabíamos que si queríamos darle seriedad a la práctica íbamos a necesitar de un predio. Pero no disponíamos ni del dinero y tampoco del espacio físico, porque La Lata es un barrio muy poblado donde casi no existen terrenos baldíos», comentó.

Las primeras gestiones comenzaron sobre unos terrenos en la zona de Corrientes y Amenábar, donde funcionaba una estación de servicio: «Pedimos un subsidio al gobierno nacional, primero nos dijeron que sí y después dieron marcha atrás. Teníamos el proyecto armado y se nos cayó».

Con la persistencia como bandera, y gracias a que el año pasado algunas categorías del club lograron clasificar a un torneo en Ushuaia, «surgió una movida solidaria donde recibimos el apoyo de muchas empresas de la ciudad que, desde su área de responsabilidad empresarial, decidieron hacerse cargo y apadrinaron el viaje».

El vínculo establecido permitió mantener vigente el contacto y lograron que entre todos asuman el compromiso de conseguir un lugar para que los chicos del Club María Madre pudieran entrenar.

«En paralelo, estuvimos desafortunadamente involucrados en una balacera en el medio de un partido y la asociación nos expulsó de la liga. En una medida totalmente arbitraria y discriminatoria porque la Justicia no probó que el club haya tenido relación con la balacera. De esa forma nos quedamos sin lugar para entrenar y sin liga», relató Baruzzo.

«En ese momento, decidimos dar el salto de calidad y pasarnos a la Asociación Rosarina de Futsal, la más importante de las que compiten en la ciudad por su vínculo con AFA y porque es donde compiten los grandes equipos de Rosario», contó y siguió: «Entonces, nos propusimos, sin importar lo que costaba, conseguir la cancha porque estamos convencidos de que un pibe más en el club es un pibe menos en la calle».

Así surgió la posibilidad de un comodato por veinte años de un terreno perteneciente a una parroquia de zona sur, en Presidente Quintana 1544. Con el apoyo económico de numerosas empresas de la ciudad, la Fundación River Plate, el Ministerio de Justicia de la provincia y el Plan Abre, se logró la construcción de este sueño colectivo del barrio La Lata.

«Desde que estamos en este proyecto hemos comprobado que los pibes al venir al club sostienen la escuela, porque se lo exigimos para jugar. También empezamos a generar hábitos de alimentación saludable. Se hizo un laburo preventivo en las categorías inferiores y la primera división fue una experiencia donde mucho de los chicos bajaron considerablemente su nivel de adicción por la práctica de un deporte», concluyó Baruzzo, quien invitó a todos los que quieran seguir colaborando con el club, ya sea con dinero o con tiempo, que lo hagan, debudo a que se trata de un lugar en permanente avance y construcción.

“Siempre se necesitan fondos porque hay una segunda etapa programada para construir los baños y el club necesita del apoyo constante de la gente porque nosotros no cobramos una cuota. Es gratuito desde la indumentaria para jugar hasta el traslado de los chicos», dijo el mánager, que puso a disposición su contacto para todos aquellos que quieran comunicarse: 341-6237732