El chofer Oscar Centeno pidió al juez federal Claudio Bonadio que lo sobresea en la causa de los cuadernos con el pago de sobornos a entonces funcionarios kirchneristas, y reclamó que no lo envíe a juicio oral y público.
Lo hizo saber a través de su defensor oficial Gustavo Kollmann y al oponerse a la elevación a juicio que está por resolver el juez luego de recibir el visto bueno en ese sentido de la fiscalía a cargo de Carlos Stornelli y las querellas.
La defensa recordó que Centeno «facilitó la investigación y profundización» hasta «rincones jamás antes transitados en un proceso judicial».
Para el defensor, Centeno está procesado como miembro de la asociación ilícita por la forma en que se dio su confesión, que no fue inicialmente voluntaria sino que la investigación surgió a partir que un conocido suyo aportó las anotaciones de aquel.
«¿Qué habría ocurrido con Centeno de haber acercado en persona sus manuscritos a los investigadores?. Me animo a sostener que jamás habría sido considerado como imputado», cuestionó la defensa.
Al sostener que no fue parte de la asociación ilícita, la defensa remarca que «no era de confianza» de los funcionarios involucrados así como tampoco de Roberto Baratta, el funcionario del Ministerio de Planificación Federal para quien él directamente trabajaba transportándolo junto a los bolsos con dinero.
«Centeno ha sido siempre un mero chofer» dijo la defensa y que sólo se ocupó de llevar y traer a Baratta.