Se habla de por lo menos un año de continuidad de las restricciones, aunque irán evaluando las medidas del Presidente
Horas después de que Javier Milei juró como presidente de la Argentina, el consenso entre los analistas de mercado es que el cepo cambiario se continuará aplicando al menos durante buena parte del 2024.
«Un año más de restricciones habrá, aunque es muy probable que se vayan moderando a medida que den resultado las drásticas medidas de ajuste que se propone aplicar Milei», consignó un informe reservado que circuló desde temprano entre banqueros habitualmente bien informados.
Algunos de esos «lobos de la city porteña», que se reunieron con el ministro de Economía, Luis Caputo, en los últimos días, coinciden con el diagnóstico que hizo circular un banco de inversión sobre la imposibilidad de salir rápidamente de las restricciones cambiarias.
A favor de ese análisis hacen notar que las propuestas radicales del nuevo presidente se fueron moderando a medida que se acercó la posibilidad de acceder al sillón de Rivadavia.
Milei ya admitió que su propuesta de dolarización de la economía quedará para una segunda etapa de reformas.
«Primero debemos resolver el problema de las Leliqs», explica.
Para economistas de la consultora Outlier, el control de cambios seguirá «un buen tiempo más».
No obstante, coinciden en que puede venir una simplificación de los múltiples tipos de cambio existentes.
¿Desdoblamiento cambiario? Probablemente, responden los analistas. Aluden a que podría aplicarse un impuesto mayor para el dólar que afrontan los importadores. De qué magnitud. Podría saberse entre lunes y martes.
Un análisis de Ecolatina ubica en «algún momento de 2024» la posibilidad de una salida del cepo cambiario.
La mayor o menor proximidad de esa posibilidad dependerá de qué resultado comience a dar el recorte casi draconiano que se propone aplicar sobre el gasto público.
«A mayor velocidad en la eliminación del déficit fiscal, más posibilidades de atenuar el cepo», razonan los expertos consultados por Noticias Argentinas.
De acuerdo con esta lógica, el desarme completo del cepo cambiario estaría dejando de ser prioridad para el nuevo gobierno.
El propio Milei ya explicó que antes de avanzar en cualquier eliminación de las restricciones cambiarias se le debe encontrar la vuelta a los pasivos remunerados del Banco Central, las «Leliqs», que pasaron a formar parte de la lengua cotidiana gracias a la capacidad de comunicación que muestra el equipo de posteadores seriales que rodean al presidente libertario.
Se trata de billones y billones de pesos que el BCRA kirchnerista fue colocando para tratar de evitar un colapso total en el esquema de financiamiento forzado del déficit fiscal impuesto por las políticas de corte populista creciente aplicadas durante los últimos cuatro años.
Sin embargo, no todos los expertos coinciden con las «mileinomics» de que la «pelota de Leliqs y Pases» requieran de una solución de shock.
Para la consultora Equilibra, como las Leliqs y pases terminan siendo la contracara de depósitos privados a plazo, la pregunta importante que hay que hacerse es a qué velocidad deben hacerse las transformaciones, y coinciden en que eso dependerá de la magnitud de los recortes en el gasto y de su implementación.
Las reservas negativas en unos 14.000 millones de dólares son también la causa de que se observe cada vez más lejana la posibilidad de un levantamiento rápido del cepo.
Para los analistas, el gobierno de Milei quedará obligado a generar las condiciones para la acumulación de reservas, aplicando una devaluación que viene siendo anunciada desde hace semanas y podría develarse este lunes.
«Primero simplificación de tipos de cambio. Para recién después pensar en una normalización cambiaria con un tipo de cambio flotante», es la fórmula de salida del cepo en la que empiezan a coincidir los analistas.
En las próximas horas comenzará a develarse cuál es la estrategia elegida por Milei y su «mago de las finanzas», Luis «Toto» Caputo.