Ciudad

El centro rosarino se vio copado por una movilización de organizaciones piqueteras


Foto: Juan José García

Los manifestantes reclamaron por 4 millones de personas a nivel nacional que quedaron afuera del pago del refuerzo de ingresos que estipuló la Casa Rosada

Las organizaciones piqueteras de Rosario se congregaron en la puerta del Anses en Sarmiento y Córdoba para reclamar por el rechazo a 4 millones de solicitudes de trabajadores para recibir el refuerzo que otorga el gobierno de unos 18 mil pesos. Además, alzaron la voz en pedido de trabajo genuino, seguro universal al desocupado, alimentos y libertad de organización. «Denunciamos que el gobierno, en medio de esta miseria que vive el país ha decidido dejar afuera a más de 4millones de personas del último IFE. Exigimos trabajo genuino, reapertura de los programas sociales y más y mejores alimentos para los merenderos», indicó Melisa Molina, referente de la movilización, cuando se inició la jornada de lucha.

El bono llegó días después del masivo acampe que se dio en la puerta de Desarrollo Social en la ciudad de Buenos Aires, sin embargo, advirtieron las organizaciones, se «implementó un engorroso mecanismo de inscripción virtual –para un sector vulnerable que muchas veces carece de recursos técnicos y económicos para acceder al mismo-, como primer filtro, y luego utilizó el “cruzamiento” de datos para seguir reduciendo la lista de beneficiarios».

Foto: Juan José García

De los casi 12 millones de inscriptos, 4 millones fueron rechazados por distintas razones (uso de tarjetas de crédito, datos bancarios, registros laborales recientes, documentación insuficiente, etc.). El total de los alcanzados asciende a casi 18 millones de personas, sumados los 6,1 millones de jubilados y pensionados. Un número que totaliza el 57% de la población adulta.

Además del reclamo para que se pague el bono a los 12 millones de inscriptos, más quienes se han quedado por fuera de la inscripción, las organizaciones piqueteras se manifestaron por el pliego de reivindicaciones pendientes como  trabajo genuino, rechazando la precarización laboral y el intento de convertir los programas sociales en mano de obra barata y ultraprecarizada, como lo hacen los intendentes; seguro al desocupado universal, de acceso irrestricto y con un monto que cubra las necesidades elementales de las familias obreras; alimentos para los comedores populares y la libertad de poder optar a qué organización pertenecer, contra los pases arbitrarios y unilaterales que dispone la cartera de Desarrollo Social en favor de los intendentes.