Ciudad

El Centro Entrerriano inauguró un nuevo espacio de encuentro y reivindicó su compromiso medioambiental


La entidad festejó la apertura de su terraza cervecera con un evento en la sede donde se presentaron diversas intervenciones artísticas y un mural que expone la importancia de preservar los humedales

Por Sofía Dalonse – CLG

El Centro Entrerriano «Pancho Ramírez» se vistió de fiesta para inaugurar su terraza cervecera. La cita tuvo lugar en su sede, ubicada en Buenos Aires 2565, y marcó el debut de este nuevo espacio que promete convertirse en un interesante punto de encuentro.

La fiesta, además, tuvo otra arista importante que tiene que ver con el compromiso ambiental que tiene la entidad. El objetivo principal de la celebración fue recibir a la comunidad y honrar la obra maestra del famoso pintor y muralista Jorge Molina, quien creó un mural que expresa la importancia de la preservación de los humedales en Entre Ríos.

El mural no es solo una obra de arte, sino que concentra un importante significado que pretende generar conciencia sobre la vital función de estos ecosistemas naturales que regulan el flujo del agua y previenen inundaciones.

Jorge Molina, quien recientemente recibió premios en París, es un artista plástico destacado de Rosario que demuestra su compromiso con la comunidad y la cultura brindando clases de arte para personas mayores, donde comparte su pasión y conocimiento.

La inauguración de la terraza cervecera fue un evento abierto con entrada libre y gratuita. Contó con una barra con cervezas, vinos y cócteles y un buffet completo con empanadas, pizzas y choripanes.

Además, se presentaron destacadas intervenciones artísticas a cargo del taller de malambo «Los Pies En La Tierra» con un espectáculo de malambo norteño y sureño. También participó la agrupación folclórica «Origen de Tradición» y el dúo compuesto por César (Colo) Díaz y Francisco Zernetti que interpretó temas icónicos del rock nacional.

La última presentación de la noche estuvo a cargo de la murga «Y Parió la Abuela», con actuaciones llenas de ritmo, color, humor y una enérgica interpretación. Fue una jornada distendida en la que convivieron el arte, la cultura y la conciencia ambiental; una noche inolvidable en el «Pancho Ramírez».