Por Enrique Genovar
Ganar, perder o empatar. Estas son las tres posibilidades que hay en un juego como el fútbol. Pero las formas también son determinantes. Y la derrota ante Tigre se dio de una muy mala forma. Y eso es lo que más les dolió a los hinchas de Central que ayer se dieron cita en el Gigante para ver ganar a su equipo luego de la imagen positiva que quedó del jueves.
Pero el equipo no estuvo a la altura y terminó de rodillas ante un flaco rival como es Tigre. Central fue vapuleado en el primer tiempo y ni siquiera pudo descontar en el complemento.
Los hinchas auriazules demostraron su descontento durante toda la tarde, luego del gol de Federico González. Y este repudio hacia la actuación del equipo de Edgardo Bauza no hizo otra cosa que demostrar que al equipo del Patón se le terminó el crédito que inyectó a su ciclo el hecho de haber ganado la última edición de la Copa Argentina.
Jugadores cansados y varios de ellos con un rendimiento individual muy bajo, más un planteo erróneo, hicieron un combo indigerible para los hinchas canallas.
Central perdió con Tigre, un rival con destino de Nacional B, y ya suma 6 partidos sin derrotas. El promedio se achicó y encima el equipo lo único que hizo en este 2019 es insinuar. El cuerpo técnico no le encuentra la vuelta y eso se nota. Es que en solamente en la mitad de los partidos que se disputaron desde la reanudación de la Superliga se pudo observar una idea de juego.
El Canalla ingresó en una crisis futbolística. El presente es preocupante y las soluciones no aparecen. Encima el crédito que generó haber salido campeón el año pasado ya se extinguió. Hacer un buen papel el viernes, ante Lanús, parece como indispensable para el futuro del cuerpo técnico auriazul.