Las caras pintadas, el rey momo y la harina son las marcas de esta hermosa festividad, una costumbre que se repite año a año
Alejado del desentierro y entierro del diablo que se festeja en toda la Quebrada de Humahuaca, en la pequeña localidad del Valle Calchaquí llamada Animaná, el carnaval se vive de una forma muy particular. Sus habitantes toman la calle principal para poder festejar entre ellos, una hermosa manera de sublimar viejos problemas y comenzar de cero.
Animaná, que en lengua Kakana significa ”Lugar del Cielo”, es una pequeña localidad salteña localizada sobre la famosa y muy recorrida Ruta 40, a unos 15 kilómetros de Cafayate y 210 kilómetros de la capital provincial.
Música, juegos (en pareja o individuales) y risas reinan en el lugar. Una forma peculiar de socializar entre ellos, ya que no hay ningún extranjero que forme parte de esta celebración.
Las fuertes contiendas son observadas atentamente por los demás vecinos, que festejan cada victoria, sin tener un favorito. Una caída, una búsqueda inconclusa o una canción muy conocida son los detonantes para que todos los espectadores exploten en risas y baile.
Las caras pintadas, el rey momo y la harina son las marcas de esta hermosa festividad, una costumbre que año a año se festeja de manera especial en el interior profundo de la Argentina.
Fotos: Nicolás Heredia (@nicolasherediaph)