La posibilidad de que el gobierno suspenda la rebaja de las retenciones a la soja y aplique una nueva alícuota a los granos para paliar la crisis cambiaria generó la reacción contraria de la dirigencia agropecuaria.
El presidente de la entidad cooperativista Coninagro, Carlos Iannizzotto, consideró «inapropiado» aplicar más impuestos y sostuvo que «en los últimos anuncios, el Gobierno dijo que iba a trabajar por el déficit achicando el gasto».
«Colocar impuestos justamente a lo que muchas veces el mismo Gobierno tiene esperanzados en ser la fuente de las divisas, que es el campo, entonces también nos parece desde ese punto de vista inadecuado gravar y ser extractivo en las actividades agroindustriales generadoras de divisas», agregó.
Señaló que «no se pueden aplicar medidas impositivas para achicar el déficit, sino medidas totalmente diferentes, productivas, que lleven al trabajo y al empleo».
«El ajuste del déficit se debe hacer a través de un gran acuerdo nacional donde se comprometa el Gobierno y las otras fuerzas políticas y sociales en que juntos nos hagamos responsables en ayudar en achicar el déficit que tantos años lleva el país y que juntos nos hagamos responsables y no aplicando medidas impositivas», dijo el titular de Coninagro.
El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina, advirtió que aplicar retenciones o reducir su disminución «sería tropezar dos veces con la misma piedra» y afirmó que «con la baja de las retenciones se motorizó la economía del interior, que es una manera más federal» del reparto de la riqueza.
Consultado acerca de las ganancias que generan a la actividad la devaluación del peso, el presidente de la SRA analizó que «no beneficia a todos los sectores, porque no todos exportan, depende de cada estructura de costos».
«Es más eficiente que tributemos vía impuesto a las ganancias que recortar la capacidad exportadora», indicó el dirigente.
Horacio Salaverri, tesorero de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), manifestó que «las retenciones no dieron resultados y cuando se quitaron se multiplicaron las producciones de maíz y trigo».
«No es un buen impuesto para nada y no debería existir. Ahora, si la situación amerita una emergencia, habría que ver si todos los sectores estarían dispuestos a hacer una colaboración, ver lo que cada uno puede aportar, no sólo el campo por supuesto», precisó.
Salaverri reconoció que existe preocupación entre los integrantes de las 114 asociaciones rurales que integran Carbap y que el Consejo Directivo también ha debatido «la preocupación de cómo salir del atolledero, la búsqueda de estabilidad y la gobernabilidad del país que debe transitar por carriles normales».
La última vez que el presidente Mauricio Macri habló sobre las retenciones fue en la Exposición Rural de Palermo, cuando enfatizó que «no son un impuesto inteligente» y añadió que «no favorecen a lo más importante que tenemos que es exportar cada día más, porque eso genera trabajo para los argentinos».