El barco de la ONG española Pro Activa Open Arms, que lleva 13 días en medio del Mediterráneo esperando permiso para desembarcar, anunció que entrará en aguas territoriales italianas y solicitará la evacuación de los 147 náufragos a bordo, luego de que un tribunal de Italia haya dejado sin efecto un decreto que se los impedía.
El fundador de la ONG, Oscar Camps, aseguró que el barco entrará «de inmediato» en aguas italianas para ponerse a resguardo cerca de la isla de Lampedusa, ante el «temporal que se avecina», y esperarán que se les asigne un puerto para desembarcar. «La voluntad es respetar de forma absoluta la legalidad», subrayó Camps en una breve comparecencia ante la prensa en la entrada de la fundación Caixaforum en Madrid.
La ONG solicitará de forma urgente a las autoridades italianas la evacuación «por motivos de salud» de los 147 náufragos que permanecen a bordo, luego de que la pasada noche la guarda costera italiana evacuara a cuatro personas, dos bebes y su familia. Camps explicó que la decisión de entrar en aguas italianas se produce después de que un tribunal de ese país dejara sin efecto el decreto del premier y viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, que amenazaba con multas de un millón de euros y con confiscar el buque de ayuda humanitaria en caso de que ingresara a aguas territoriales de su país.
La ONG presentó un recurso contra esa prohibición del gobierno italiano y un tribunal administrativo falló a su favor. Se trata de una medida cautelar ante la «situación de gravedad y urgencia excepcionales» en las que se encuentran los 147 náufragos a bordo del Open Arms, la mayoría de los cuales fueron rescatados hace 13 días frente a las costas de Libia.
Según explicó Camps, la justicia italiana reclama a las autoridades del país que designen un puerto para el desembarco de los náufragos. En su demanda contra la decisión de Salvini, la ONG española defendía que el decreto aprobado la semana pasada violaba las leyes internacionales del mar y de salvamento.
Los rescatistas españoles solicitaron insistentemente a Italia y Malta, los países con puertos más cercanos a la zona de rescate, que los autorizaran a desembarcar, a la vez que tramitaron las solicitudes de asilo de la mayoría de los náufragos rescatados, quienes presentaban signos de haber sufrido violencia.
Otras 356 personas rescatadas por el buque Ocean Viking, de las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, se encuentran en la misma situación. Ante esta pasividad de las autoridades europeas, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) instó a los países implicados que permitieran el desembarco y asistan a los náufragos, sin obtener ninguna respuesta.