Política y Economía

El Banco Mundial estima que la Argentina crecerá 2% en 2023


Los números surjen luego de conocerse el reporte de "Perspectivas económicas globales: América Latina y el Caribe"

El Banco Mundial (BM) estimó que la Argentina crecerá 2% en 2023, luego de haber experimentado un crecimiento de 5,2% en 2022, «mayor al esperado».

Así lo indicó en su último reporte de ´Perspectivas económicas globales: América Latina y el Caribe´, donde proyecta que el crecimiento en América Latina se desacelere bruscamente, desde el 3,6% ocurrido en 2022 a a 1,3 % en 2023 y que recupere un 2,4% en 2024.

El Banco modificó las proyecciones a la baja debido a la persistencia de la inflación mundial y las políticas de los gobiernos centrales para combatirlas, entre ellas, la fuerte suba de la tasa de interés ocurrida en los Estados Unidos y Europa, que aún tendrá impacto en las economías durante 2023.

Según la entidad, «América Latina y el Caribe (ALC) ha crecido un 3,6% en 2022, en donde la sólida expansión en la primera mitad del año fue impulsada principalmente por el consumo, respaldado por recuperación de los mercados laborales».

Sin embargo, agregó, «la actividad se debilitó a fines del año pasado debido a la desaceleración del crecimiento mundial y al endurecimiento de las condiciones financieras comenzaron a surtir efecto, con una inflación que aumentó en 2022, alcanzando máximos de varias décadas en muchos países».

«La desaceleración refleja los esfuerzos de las autoridades monetarias para controlar la inflación, y los efectos secundarios de una perspectiva global débil. Se espera que el lento crecimiento en los Estados Unidos y China en reducir la demanda de exportaciones, mientras que es probable que el aumento de las tasas de interés de EEUU. mantenga las condiciones financieras restrictivas», se indicó en el nuevo reporte del organismo con sede en Washington.

En este sentido, se espera que el lento crecimiento global pese sobre los precios de las materias primas, debilitando los términos de América del Sur.

Para la Argentina en particular, el efecto de la inflación doméstica y factores externos («external headwings») influirían sobre el crecimiento del país, proyectado en 2%, según indicó el Banco Mundial.

La entidad también consignó que los planes de llevar adelante la ampliación del gasoducto Néstor Kirchner «beneficiaría en el plano fiscal y en la cuenta corriente de la Argentina, gracias a la baja de las importaciones en energía».

No obstante, indicó que «el contexto es altamente desafiante dada las necesidades de reducir la inflación de niveles mayores a 80%, y de dejar al peso depreciar y reformar los subsidios a la energía».

En tanto, se prevé que Brasil crezca un 0,8% en 2023, ya que las altas tasas de interés frenan el crecimiento de la inversión y las exportaciones.

Asimismo, se espera que México, otra de las economías más importantes de la región, «se expanda 0.9% este año, debido a las condiciones monetarias restrictivas, la inflación obstinadamente alta y las exportaciones más débiles restringen la actividad».

El organismo multilateral que conduce David Malpass considera que «la inflación interna en ALC podría resultar más persistente de lo anticipado, con el riesgo de un movimiento alcista en el largo plazo de expectativas de inflación», y consideró que controlar el alza de precios de forma duradera «podría requerir subas de tasas de interés adicionales».

Por último, el Banco Mundial reparó en que «el pronóstico de referencia indica un estancamiento del nivel de vida en la primera mitad de la década de 2020, con un promedio por crecimiento del PIB per cápita del 0,6% anual durante 2020-2024».

En consecuencia, señaló que «esto podría dificultar la lucha contra una amplia gama de problemas sociales, empeorando las barreras para el desarrollo sostenido e inclusivo en América Latina».

Por último, indicó que en el mundo las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania seguirán impactando en 2023 y «se estima que el crecimiento mundial caerá al 1,7%, por debajo del 3% esperado hace seis meses», concluyó el Banco Mundial.