Por Ariana Operti
Según un informe del Centro Estadístico Scalabrini Ortiz, en Santa Fe en el transcurso del año los combustibles tuvieron un aumento promedio del 27,32%. Esas modificaciones en los precios llevan a que muchos usuarios se planteen alternativas para reducir gastos, por ejemplo: convertir los motores de los autos en ‘gasoleros’. CLG dialogó con Esteban Agüero, dueño de uno de los talleres de instalación de equipos de gas natural comprimido (GNC) de la ciudad.
«Cuando sube el combustible, al otro día ya empiezan las consultas. Las instalaciones de lo que era de seis meses a esta parte se han triplicado«, señaló el mecánico.
Agüero hizo hincapié en los beneficios que encuentra la gente en el GNC: «Históricamente, el precio de la nafta es superior. Además, el metro cúbico de GNC rinde un 20% más que el litro de nafta y es ecológico«. El ahorro al utilizar estos equipos «está siendo del 35%. Es decir, por cada mil pesos que gastas de nafta, pasas a gastar 350, 400«.
El instalador aclaró que cada taller tiene sus clientes y que los números pueden variar, pero aseguró: «Cuando hay trabajo, hay para todos. Cuando escasea, también es para todos».
«Tuvimos dos años terribles, no nos beneficiaba el precio del combustible y la poca financiación del rubro. A mediados del año pasado, cuando se implementó el ‘Ahora 12’, se mejoró bastante», agregó. El dueño del taller analizó que «lo normal» sería lograr un equilibrio en las políticas tanto para los combustibles como para el GNC.
En torno al uso del GNC hay ciertos creencias negativas que Agüero se encargó de desmentir, por ejemplo, que el vehículo o motor se arruina: «Con los equipos que hay hoy, lo único que puede arruinar el auto es su mal uso, o que lo instalen mal. Un equipo bien instalado, bien puesto a punto, no tendría porque tener ningún tipo de problema. El GNC no afecta al funcionamiento del auto en sí”.