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El Arzobispado de Rosario expresó su rechazo sobre el proyecto de aborto


"Nosotros no decimos que es injusto porque somos católicos sino porque se elimina un ser humano", manifestó Martín

«Nosotros no decimos que es injusto porque somos católicos sino porque se elimina un ser humano», manifestó Martín

En la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso el pasado domingo, el presidente Alberto Fernández anunció que enviará un proyecto de ley para la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Tras estas declaraciones, el Arzobispado de Rosario se expresó totalmente en contra a través de un comunicado.

«Es una contradicción afirmar el aborto como un adelanto de la civilización. Nosotros no decimos que es injusto porque somos católicos sino porque se elimina un ser humano», manifestó el arzobispo Eduardo Eliseo Martín en diálogo con Radio2 reforzando lo dicho anteriormente en el comunicado.

A su vez, remarcó: «Uno entiende el drama de la mujer, pero no que el Estado asuma y diga que es un derecho, cuando hace dos años el parlamento se pronunció en contra». A lo que añadió: «Otra contradicción es que se entregue la Asignación Universal por Hijo (AUH) desde el embarazo. Entonces, ¿cómo el Estado puede estar propiciando el aborto?».

El arzobispo aseguró: «Los gobernantes contradicen su palabra, porque el presidente juró por Dios y los santos evangelios». «¿Cómo puede intelectualmente compaginar estos dos juicios? Y después decir que hay que recuperar el valor de la palabra. ¿Es posible que sostenga estos dos juicios a la vez, una misma persona?», cuestionó.

«La gravedad del proyecto es que no sólo le quita la pena –a la interrupción voluntaria del embarazo– sino que ahora es un derecho. Ésa es la aberración intelectual. Es un derecho», consideró Martín. Y añadió: «Más allá de una ley, la Iglesia siempre seguirá afirmando el valor de la vida desde su concepción hasta su muerte natural». «Mi voz no es desde la oposición, sino simplemente la voz de un pastor que le dice al presidente ‘no te es lícito autorizar la muerte de nadie'», concluyó.