El arquitecto, urbanista y teórico japonés Arata Isozaki, de 87 años, es el ganador del Premio Pritzker 2019 por una obra “que supera el marco de la arquitectura para plantear cuestiones que trascienden eras y fronteras”, según el fallo del jurado, difundido hoy en Chicago.
Nacido en Oita, en la isla de Kyushu (sur), en 1931, Isozaki se empezó a destacar como arquitecto durante la reconstrucción de Japón tras la Segunda Guerra Mundial, que marcó su vida y su trayectoria profesional.
Considerado un visionario por sus colegas, Isozaki siempre se ha enfrentado a su labor como arquitecto con un “profundo compromiso con el arte del espacio” y con una “precisión y destreza” demostradas en “las técnicas de construcción, en la interpretación de la ubicación y el contexto y en la intencionalidad de los detalles”, señala el fallo, según la agencia de noticias EFE.
Desde sus primeros trabajos, en la década de los sesenta, se convirtió en el primer arquitecto japonés en forjar una “relación profunda y duradera entre Oriente y Occidente”, señaló el jurado, presidido por el juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos Stephen Breyer.
“Su arquitectura descansa en un profundo entendimiento, no solo de la arquitectura sino también de la filosofía, la historia y la cultura”, además de ser “un ejemplo de generosidad” por su apoyo a otros arquitectos, destaca un comunicado de la Fundación Hyatt, que concede el Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura.
Algunas de sus obras más destacadas son la Biblioteca Central de Kitakyushu (1974) o el Museo de Arte Moderno de Gunma, inaugurado en 1974, una clara estructura cúbica que refleja su fascinación por el vacío y la cuadrícula.
En Estados Unidos es conocido por el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles (1986) y la sede de Disney en Florida (1991), mientras que en Europa destaca el Palacio Sant Jordi, que diseñó para los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 y el museo interactivo Domus de La Coruña.
En China ha realizado el Museo de Arte de la Academia Central de Bellas Artes de Pekín, inaugurado en 2008, o el Centro Cultural de Shenzhen, de 2007; mientras que una de sus últimas obras es la Torre Allianz, que abrió sus puertas en Milán en 2018.
El jurado de este año estaba compuesto, además de por Breyer, por los arquitectos Richard Rogers (Reino Unido), Pritzker 2007; Benedetta Tagliabue (Italia); Kazuyo Sejima (Japón), Pritzker 2010; Wang Shu (China), Pritzker 2012 y Ratan N. Tata (India).
Así como por el embajador de Brasil en Japón y crítico de arquitectura, André Aranha Corrêa do Lago, y la estadounidense Martha Thorne, directora ejecutiva del premio y decana de la Escuela de Arquitectura y Diseño IE, de Madrid.
Isozaki recibirá un premio en metálico de 100.000 dólares, un certificado y, desde 1987, un medallón de bronce en cuyo reverso hay grabadas tres palabras: firmeza, belleza y utilidad, los principios fundamentales de la arquitectura de Vitruvio.