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Luchando por sus sueños

El argentino Matías Ola intentó cruzar el Canal de la Mancha pero sufrió hipotermia


 

Cuando el reloj marcó las 18 del domingo en el puerto de Dover, en el Reino Unido, el nadador extremo argentino Matías Ola saltó de la embarcación Louise Jane sin traje de neoprene para zambullirse en las aguas frías del canal de la Mancha. El destino del argentino era Cap Gritz Nez, en Francia, recorriendo los 42 kilómetros que separan ambos puntos.

El deportista, nacido en Tucumán, buscaba ser el primer argentino en conquistar la Triple Corona en aguas abiertas, que junto al cruce del Canal de la Mancha incluye el Canal de Catalinas en California y la vuelta a la Isla de Manhattan, ambas travesías ya realizadas en los Estados Unidos.

Sin embargo, el frío le jugó una mala pasada.  A las 7 horas de comenzar su trayecto, y cuando recién había llegado a la mitad del recorrido, tuvo que abandonar por hipotermia. «El problema principal fue que entré en hipotermia», reconoció el nadador de 34 años, sobre la imposibilidad física de finalizar el cruce.

«Esto es mi pasión, me encanta y espero cumplir mis metas», agregó el deportista que ya piensa en cumplir con la hazaña el año que viene y con otra meta, como cruzar el Río de la Plata, entre Punta Lara y Colonia, lo que implica nadar 100 km en 35 horas.

Los últimos días se habían puesto muy fríos y cuando empezamos la travesía: a las 6 horas de Inglaterra la temperatura del agua se había puesto a 16,5 grados, muy por debajo de cuando habíamos entrenado”, dijo Ola en declaraciones desde Dover.

Ola señaló que la temperatura al caer la noche se puso muy fría y comenzó a tener “problemas con las piernas” y a temblar aunque creyó “que era algo pasajero”. “Empecé a desorientarme en el agua a tal punto que choqué mi cuerpo con el barco donde iban mi entrenador, allí me abrigaron y abrazaron”, contó.

Por el efecto de la hipotermia Ola balbuceaba y su capitán notó que no podía comprender lo que el tucumano decía. Fue en ese momento que decidieron sacarlo del agua. “Desde ahí no me acuerdo más nada y amanecí en el hotel”, relató Ola.

Su entrenador, Pablo Testa, comentó a esta agencia que “Matías estaba en grado 3 de hipotermia -que es muy alto- y me pedía no abandonar, eso me impresionó”. “Estamos mas tranquilos, parece algo feo lo que pasó pero nos deja una gran enseñanza”, expresó Testa y agregó: “Tengo muchos años en esto y he visto abandonar a nadadores en situaciones menos dolorosas”

El entrenador explicó que en Dover “el clima es muy diferente entre el día y la noche, no son los veranos como son en Buenos Aires”. “Calculo que estuvimos entre los 13,8 y los 14 grados de temperatura del agua, lo que significa que es muy fría para nadar más de 7 horas como lo hizo Matías”, precisó Testa.

En el momento de la prueba “había vientos cruzados, yo estaba abrigado y tenía mucho frío y faltaban 7 horas más de cruce”, describió. “En un momento me di cuenta que no abría los ojos, que él no quería ver el escenario que se estaba presentando y no se entendía lo que decía”, contó.

Testa anticipó que ya están preparando el cruce para el año que viene, entre finales de julio y principios de agosto: “Lo va a cruzar”, dijo con optimismo.

Ola aprendió a nadar recién a los 21 años y seis meses después ya era nadador federado nacional, parte del Equipo Regional de Natación del NOA. Además, en 2013 decidió crear la fundación «Unir el Mundo», con el objetivo de lograr a través de las travesías ayudar a los chicos que no tienen la posibilidad de acceder a una pileta o de poder viajar a Buenos Aires.