"Nada cambió. Biden afirma que la política de máxima presión de Trump (con respecto a Irán) fue un fracaso total, pero la mantiene", acusó el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, anunció este domingo que alcanzó con Irán una “solución temporal” de tres meses para mantener una vigilancia “satisfactoria” en pos de limitar el alcance del programa nuclear iraní, aunque las inspecciones se limitarán a partir de este martes.
El martes entrará en vigencia una ley sancionada en diciembre por el parlamento de Irán, dominado por los conservadores, que establece una restricción de las inspecciones nucleares en el país mientras Estados Unidos no levante las restricciones.
“Esta ley existe y se aplicará, lo que significa que el Protocolo Adicional, muy a mi pesar, quedará suspendido”, explicó Grossi en una breve conferencia de prensa en Viena, donde el OIEA tiene su sede, en alusión a uno de los acuerdos alcanzados por Irán y esa agencia de la ONU que rige las inspecciones.
Intensive consultations led to a good result. A temporary technical understanding has been reached. The @IAEAorg will continue its necessary verification and monitoring in #Iran. https://t.co/5ZOmSXh24E
— Rafael MarianoGrossi (@rafaelmgrossi) February 21, 2021
“El acceso se reducirá, no nos engañemos, pero seremos capaces de mantener el nivel necesario de vigilancia y verificación”, dijo Grossi, y subrayó que “esto salva la situación inmediata”.
El funcionario argentino no detalló qué actividades tendrá que dejar de realizar el OIEA pero confirmó que el número de inspectores desplegados en Irán se mantendría y que se podrán seguir efectuando inspecciones aleatorias en virtud de este acuerdo temporal.
Este nuevo convenio quedará sometido a una revisión constante y podrá ser suspendido en cualquier momento, según la agencia de noticias AFP.
Grossi describió el acuerdo como “un buen resultado, razonable”, tras “consultas muy muy intensas” con los representantes iraníes.
El director del OIEA realizó esas declaraciones el mismo día que vence el plazo impuesto por Irán para que Estados Unidos levantara sus sanciones y luego de dos días de reuniones en Teherán, donde se entrevistó con el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, y con el jefe de la Organización Iraní de la Energía Atómica, Alí Akbar Salehi.
“Consideramos que la situación es grave pero el OIEA continúa sirviendo a la comunidad internacional; por supuesto, para lograr una situación estable hará falta una negociación política, y eso no depende de mí”, señaló Grossi.
Más temprano, Zarif dijo que nada había cambiado y acusó al flamante presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de mantener la política de su predecesor, Donald Trump, pese a que el embajador iraní ante el OIEA, Kazem Gharibabadi, sostuvo que las negociaciones con Grossi fueron “fructíferas”.
“Nada cambió, Biden afirma que la política de máxima presión de Trump fue un fracaso total, pero la mantiene; el problema es que Estados Unidos se ha convertido en un adicto a las sanciones”, denunció Zarif.
El canciller iraní es el hombre que personalmente negoció el acuerdo nuclear con Estados Unidos y el resto de las potencias mundiales en 2015, que rigió hasta que tres años después Trump lo abandonó unilateralmente y reinstaló las sanciones.
“Necesitamos acciones, no promesas; queremos ver un cambio de actitud para que no se vuelvan a repetir las arbitrariedades que comenzaron con Trump”, agregó el ministro en una entrevista con el canal Press TV, según la agencia Sputnik.
Sin embargo, Gharibabadi afirmó en Twitter que “Irán y el OIEA mantuvieron discusiones fructíferas basadas en el respeto mutuo”.
Además de con Zarif, Grossi conversó a puertas cerradas en Teherán con Salehi, quien anunció hace unos días que su gobierno restringiría a partir del próximo martes ciertas inspecciones del OIEA a instalaciones no nucleares, incluyendo sitios militares considerados como sospechosos por las potencias occidentales, si Estados Unidos no levantaba las sanciones impuestas por Trump.
Ayer, el vicecanciller iraní, Abas Araghchi, adelantó en una entrevista de televisión que la fiscalización del organismo internacional podría “ser reducida en un 20% a un 30%”.
“Esto no significa una retirada del acuerdo” de 2015, aclaró, sin embargo.
El escenario no es fácil para ninguna de las partes involucradas.
Biden no apoyó la salida del acuerdo nuclear en su momento y cuestionó duramente las sanciones, pero también busca mostrarse firme contra los países considerados rivales de Estados Unidos.
En Irán, en tanto, la decisión de Trump fortaleció a los sectores más conservadores en detrimento del gobierno del reformista Hasan Rohani, el principal impulsor del acuerdo en el país, quien además ahora enfrenta la presión por la asfixia económica que generan las sanciones estadounidenses.
En este contexto, el vicecanciller iraní aseguró que estaba analizándose la posibilidad de mantener una “reunión informal” con las potencias europeas firmantes, como propuso la Unión Europea, pero aclaró que primero lo hablará “con amigos y aliados como China y Rusia”.