El anuncio de Cristina Fernández de Kirchner sacudió a todo el arco político. La tranquilidad de Cambiemos ante una polarización con una candidata sentada el banquillo de la Justicia, ya no es tal. Pero, sin dudas, el mensaje de la ex mandataria del Ejecutivo desató fundamentalmente la incertidumbre en el peronismo.
Primero, la actual senadora nacional fue, después de más de 10 años, al local del Partido Justicialista. Luego, el anuncio de su vicepresidencia. De liderar Unidad Ciudadana a dirigir de manera indirecta los hilos del peronismo.
La columna del periodista Martín Rodriguez Yebra en el diario La Nación hace referencia a esto. En su texto asegura que esta movida lo obligó a Juan Schiaretti a adelantar sus movimientos para poder dominar el peronismo.
«Ni siquiera pudo esperar a reunir a sus aliados de Alternativa Federal para anunciar su rechazo de plano a negociar la unidad con el kirchnerismo. Garantizó que su sector tendrá fórmula propia y que será «una tercera vía» en las elecciones. Ni con Alberto Fernández ni con Mauricio Macri , tal es su veredicto», señaló el periodista.
Si bien lo afirmado por Schiaretti es una definición de cara a las elecciones de octubre. Pero, es una definición más personal, no sintetiza la postura de Alternativa Federal, el experimento de peronismo moderado que el cordobés fundó el año pasado junto con Sergio Massa , Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto.
Este mensaje urgente tiene dos destinatarios principales. «Por un lado, Massa, que recuperó el sábado una centralidad de la que no disfrutaba desde hacía años. El tigrense interpretó el movimiento táctico de Cristina como una invitación a negociar la unidad de la oposición. Sin ella como hipótesis presidencial, Massa cree que Alternativa Federal debe actuar como un bloque, negociar reglas de juego con el kirchnerismo y competir en unas primarias unificadas. Se siente capaz de ganarle a Fernández (cree incluso que Cristina se está «bajando en cuotas» y no terminará anotada en la boleta)», afirma La Nación.
Es por esto, que Schiaretti le marcó la cancha a Sergio Massa unos días antes de la reunión que tendrá el grupo. Schiaretti no está dispuesto a sumarse a la peregrinación de gobernadores que se inició el sábado hacia un kirchnerismo más moderado. «Sergio tiene que decidir si es candidato con nosotros o si salta al kirchnerismo», traduce una fuente peronista alineada con el pensamiento del líder del cordobesismo.
«El otro destinatario del mensaje de Schiaretti es Roberto Lavagna , con quien habló durante el fin de semana. El economista descarta negociar con el kirchnerismo y duda de integrarse oficialmente a Alternativa Federal porque sospecha que, a impulso de su exreferente Massa, puedan empujarlo hacia un proyecto que considera agotado. Al cerrarle la puerta a Fernández, Schiaretti se la abre a Lavagna, a quien sumará a la cumbre de Alternativa Federal», indica el diario.
Esta reunión es primordial para el reciente reelegido gobernador cordobés. Más allá de la gran cantidad de votos que sacó en las últimas elecciones de Córdoba, la cumbre de Alternativa Federal será la prueba de su liderazgo. De su lado pareciera tener a Pichetto y Urtubey. Pero fracasará si no puede convencer al líder del Frente Renovador de quedarse en el peronismo federal.
Nadie sabe qué hacer, y al mejor estilo Duran Barba, los dirigentes eligen por donde vayan las encuestas. Rodriguez Yerba sostiene que «Alberto Fernández juega con el supuesto de que carga en sus espaldas los 30/35 puntos de Cristina, aunque nadie sabe si el traslado será lineal. Massa, de hecho, cree que de competir en la misma PASO muchos potenciales votantes de la ex presidenta lo elegirán a él antes que a Fernández».
Por su parte, el cordobés cree que debe tender puentes para que un frente electoral amplio pueda captar votos de todos los espacios. Eso lo acerca a Lavagna. Schiaretti supone que con el paso hacia abajo de Cristina, el kirchnerismo se debilita y las acciones de Alternativa Federal aumentan. El cordobés espera que todos los candidatos de Alternativa Federal compitan entre sí en una gran Paso y lleguen fortalecidos a la primera vuelta.
«Estamos, en el fondo, en una guerra de expectativas. Alberto Fernández ganó las primeras batallas al acaparar apoyos de gobernadores que se suponían ligados al peronismo federal y al cristalizar el conflicto entre Massa y sus aliados. Schiaretti reaccionó, en busca de parar esa sangría. Los movimientos evidencian una consecuencia evidente del lanzamiento kirchnerista: con Cristina en segundo plano, el peronismo empezó de verdad a oler poder. La guerra está abierta. Se acabó el tiempo de la timidez», señala al final el diario.