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El alemán, el finlandés y la realidad política argentina


Por Carlos Duclos

A menudo los visitantes extranjeros que pasan por Argentina y la recorren se preguntan: ¿Cómo un país con tantas riquezas naturales, extensión y diversidad de climas puede vivir en crisis y tener el 30 por ciento de su población en la pobreza? La misma pregunta se la formulan no pocos argentinos de bien, buenos, sensibles, que quieren vivir en paz social y con paz interior, con derechos fundamentales satisfechos y con justicia.

El alemán y el finlandés

Si a quien esto escribe, un alemán o finlandés le preguntara ahora mismo ¿por qué estamos los argentinos sumidos en una crisis económica? Le respondería sin dudar: porque el presidente Macri le ha dicho loca a la ex presidente Cristina Fernández de kirchner y porque ésta lo trató de “machirulo”; porque el jefe de gabinete, Marcos Peña (cuyo puesto le queda muy holgado, demasiado) ha expresado sin considerar siquiera su investidura, que el principal sector opositor es un frankestein con la cara de Cristina; porque insensatos de uno y otro lado aplauden estos disparates y defienden a sus autores; porque medios de comunicación hegemónicos, al servicio de sus negocios, no informan la verdad y confunden a la población; porque hay una derecha soberbia y voraz y una izquierda estúpida y rencorosa que aún cree en la lucha de clases; porque el 80 por ciento de la clase política argentina no piensa en la Patria, sino en sus negocios e intereses; porque no hay talento, la mediocridad es la media; porque a los más desprotegidos los compran con planes y la clase media no acepta lo que es, por eso apoya a los neo liberales cuando le van bien las cosas y elige al populismo cuando aquellos le pisan la cabeza; y porque una minoría rica se acomoda esté quien esté. Porque muchos llamados empresarios no lo son, son piratas remarcadores generadores de inflación y porque algunos terratenientes ricos, que tienen a sus empleados como esclavos, se quejan, descarados, porque alguien piensa en voz alta: ¿y si congelamos la reducción de las retenciones? Estamos así, estimado alemán o finlandés, porque la justicia está representada por algunos jueces que no podrían ser jueces de línea en un partido de fútbol en un barrio de un país serio.

El pasado y el presente

Si Cristina Fernández de Kirchner cometió errores y fue en lo político un elefante en un bazar, Macri y Peña son unos alumnos destacados. Pronto superarán los desaguisados del pasado. No sirve, después de dos años de gestión, decir que se pagan hoy los errores de Cristina. Y no sirve porque no hay signos de evolución, en absoluto, sino de involución. Hay igual cantidad de pobres, hay trabajadores echados por un empresariado que se siente respaldado por la política oficial, la inflación no cede, el dólar se dispara y las tarifas siguen subiendo. Y si ahora la corporación decidió postergar el aumento de los combustibles hasta el lunes y gradualmente, no es por piedad a los argentinos, sino porque sabe que hay “mar de fondo”. Todo es una gran hipocresía.

Los progresistas recaudadores

Los estados nacional, provincial (Santa Fe) y municipal (Rosario), son una verdadera máquina de recaudar. Los publicanos del antiguo Israel y los feudales del medioevo serían unos santos inocentes al lado de estos estados que cometen verdaderas exacciones.

Como ya no saben cómo sacar plata, en un verdadero acto de piratería de guante blanco, por ejemplo, “algunas provincias gobernadas por llamados progresistas”, instalan cámaras de video para hacer multas de 8.000, 4.000 pesos. Miles de multas por infracciones nimias en provincias y ciudades “progresistas” se realizan cada día, mientras los robos y muertes están a la orden del día, mientras los pozos en las calles pululan por doquier y en tanto todo es un desorden. Pero las cámaras para eso… olvídelo señor finlandés.

Son los mismos “progresistas” que en el discurso cuestionan al gobierno neo liberal de Macri, pero en los recintos legislativos arreglan tarifazos con Cambiemos. “Tienen los meses contados”, dijo un sociólogo autor de encuestas días pasados. Quién sabe.

Un pueblo resignado

Estamos así, señor alemán o finlandés, porque una parte del pueblo acepta todas estas cosas, porque incluso si puede se aprovecha de estas barbaridades; porque otra parte está anestesiada y no reacciona, porque otra está enceguecida y sigue defendiendo a sus representantes mientras todo se hunde, peléandose con su prójimo por estos granujas.

Y en tanto esto pasa, estimado señor alemán o finlandés que anda por aquí de paso y asombrado, hay una porción de la sociedad argentina que cree que hay que superar estos modelos políticos, es necesario una renovación de hombres de todos los partidos, con convicciones por la defensa de lo nacional y del ser humano, porque ni Macri, ni Cristina, ni Carrió, ni Massa, ni ninguno de estos personajes de las primeras líneas de la corporación va a resolver la angustia nacional. Renovación de sangre y de ideas para una nueva acción, señor alemán o finlandés, eso hace falta aquí