Unas 1.600 viviendas todavía están afectadas por las inundaciones
La ciudad de Vera intenta recuperar la normalidad tras el impresionante temporal que la azotó este lunes y martes, cuando en apenas unas horas cayeron más de 400 milímetros de agua, una marca equivalente al promedio anual de lluvias. Aunque el 90% de la ciudad ya logró recomponerse, unas 75 personas siguen evacuadas y se estima que otras 1.600 permanecen en sus casas, todavía afectadas por el ingreso de agua.
El despliegue de asistencia fue inmediato. Equipos de Protección Civil, Bomberos Voluntarios y Zapadores trabajaron durante toda la noche en tareas de logística, distribución de alimentos y patrullajes preventivos. Además, se organizó un operativo de provisión de comida para quienes no pudieron salir de sus casas, y se preparan entregas de colchones, frazadas, kits de limpieza y módulos alimentarios para cuando los evacuados puedan volver a sus hogares.
Los tres centros de evacuación dispuestos en la ciudad albergan a las familias que tuvieron que dejar sus casas: el Club Gimnasia (50 personas) y el CAPS San Martín de Porres (25 personas), mientras que el Club Huracán no tiene alojados al momento.
Desde Protección Civil informaron que la mejora en las condiciones meteorológicas permitió avanzar con las tareas de asistencia. El viento bajó su intensidad, la temperatura descendió y no hay nuevas alertas en el corto plazo.
En paralelo, el Ministerio de Seguridad desplegó 200 efectivos policiales y una veintena de bomberos con seis vehículos, que se sumaron a los operativos de evacuación, control y patrullaje en los barrios más comprometidos por el agua.
Por su parte, el ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, explicó que el volumen inédito de lluvia puso en jaque a toda la infraestructura hídrica, aunque destacó que las obras de mantenimiento y canalización realizadas previamente ayudaron a que el agua escurriera con mayor velocidad. «Cuando te llueven 420 milímetros en siete horas, no hay sistema que aguante. Pero las obras previas fueron clave para evitar una catástrofe mayor», sostuvo.
En los últimos meses, la provincia y la Municipalidad de Vera ejecutaron diversas tareas para mejorar el drenaje pluvial: desde la limpieza de canales y alcantarillas, hasta la construcción de desagües subterráneos y movimiento de suelo en puntos críticos del sistema hídrico local. También se proyecta una nueva alcantarilla de cruce entre Vera y Caraguatay, sobre la vieja traza de la Ruta Nacional 11.
Aunque el agua comenzó a retirarse, el impacto en viviendas, caminos y servicios básicos todavía se siente. Vera, una vez más, fue puesta a prueba por el clima, y ahora el desafío pasa por sostener la asistencia y acelerar la reconstrucción.
