Causas y recomendaciones para tratar la pérdida notoria de cabello asociada, sobre todo, a episodios de estrés y eventos traumáticos. No es igual que la alopecia y suele afectar más a las mujeres que los hombres
El efluvio telógeno es una forma de pérdida del cabello que ocurre después de atravesar cuadros de estrés severo o situaciones traumáticas. Puede afectar a cualquier persona, sea hombre o mujer, independientemente de su edad; sin embargo, ocurre con más frecuencia en las mujeres jóvenes.
Según el portal mejorconsalud.com, para poder darle un tratamiento adecuado es conveniente determinar cuáles son los factores que influyen en su aparición. De este modo, poco a poco, se puede repoblar de nuevo el cabello.
El efluvio telógeno es un tipo de alopecia que tiene lugar cuando la raíz del folículo sufre un daño específico que entorpece su desarrollo y su ciclo de crecimiento. La caída del cabello suele ser temporal y, por tanto, no se debe confundir con la alopecia areata.
En general, es normal perder hasta 100 cabellos al día. No obstante, al producirse esta condición es posible perder hasta 300 cabellos en lugar de 100.
Hay varias causas posibles. Entre ellos encontramos los siguientes:
Estrés o eventos traumáticos: los episodios de estrés provocan una alteración en el crecimiento del folículo piloso. Se percibe una pérdida de la densidad capilar. Desde el momento que el folículo piloso se ve afectado, pueden pasar 2 -3 meses antes que se manifieste la caída del cabello. En este tiempo transcurrido, gran cantidad de folículos pueden haberse visto afectados.
Malnutrición: ya sea por problemas de salud o por un consumo insuficiente de algunos alimentos. Una vez superado el cuadro de malnutrición, se comienza a recuperar el estado habitual.
Postparto: es una de las causas más comunes en las mujeres. Junto con el comienzo de la maternidad provocan un desgaste emocional y estrés consiguiente. El efluvio telógeno durará en función de la causa que lo provoca y de cuán rápido se instaure el tratamiento.
El diagnóstico se realiza a partir de una exploración física y un interrogatorio que realiza un médico o dermatólogo durante la consulta. También se puede sugerir un «pull test» para apreciar si hay perdida de cabello. En esta se tira del pelo suavemente para verificar la calidad del mismo.
Por otro lado, para descartar otras posibles causas asociadas, el profesional precisa de un análisis de sangre. No obstante, como lo detalla un artículo publicado en la revista médica International Journal of Trichology, el diagnóstico definitivo se puede realizar a través de tricoscopía digital.
Es un trastorno reversible y limitado. Para frenar a tiempo su evolución, la consulta con el especialista es lo mas recomendado. Cuando la causa que lo provocó es tratable, como en el caso de una anemia, debe ser corregida para que el cuadro mejore.
Se recomienda el enjuague frecuente del cabello – un mínimo de 3 veces a la semana – para eliminar todo el pelo maduro que va a caer tarde o temprano. Esta medida reducirá la fase de caída y acelerará la llegada de la fase de crecimiento.
De acuerdo con una revisión de estudios publicada en Dermatologic Therapy, las vitaminas no son la única deficiencia que pueda conducir a efluvio telógeno. También incide una posible deficiencia calórica o el déficit de otros nutrientes esenciales como los ácidos grasos, minerales y proteínas.
Es fundamental ajustar la dieta y, si es necesario, recurrir a la suplementación. El médico o especialista será el encargado de orientar hacia una adecuada nutrición, según el caso.