El Día del Bandoneón se festeja en Argentina hace 14 años. La fecha conmemora el nacimiento del bandoneonista argentino Aníbal Troilo, también conocido bajo el nombre de “Pichuco”, o bien como el “Bandoneón de Buenos Aires”.
Impulsada por Francisco Torné (nieto de Zita Troilo) y el poeta Horacio Ferrer, presidente de la Academia Nacional del Tango, el Congreso Nacional decidió establecer, en el año 2005, el 11 de julio como Día del Bandoneón. Esta ley fue sancionada el 18 de mayo del mismo año para rendir homenaje al mayor emblema del tango en Argentina.
“Pichuco” nació un 11 de julio de 1914. Tenía tan solo 10 años cuando convenció a su madre de que le comprara su primer bandoneón. Recién en 1937, Aníbal Carmelo Troilo debutó un 1 de julio de 1937 con su propia orquesta y, desde aquel entonces, su nombre se convirtió en un sinónimo de bandoneón.
Troilo, además de consagrarse como uno de los mejores maestros compositores y directores de orquesta de tango argentino, fue un hombre innovador ya que con su orquesta, Pichuco comenzó a experimentar nuevos sonidos y temática.
Para nombrar algunas de los elementos musicales que el maestro argentino desarrolló encontramos el fraseo (el famoso “decir”), con una rítmica marcada que variaba entre el marcatto, el ralentando y los silencios súbitos. Acompañado de cantantes como Roberto Goyeneche, Roberton Rufino, Nelly Velázquez, Tito Rreyes y Elba Berón, Aníbal Troilo logró llegar a un gran público.
En el Día del Bandoneón vale recordar que, existen dos tipos de bandoneones: cromáticos y acromáticos. Los primeros fueron los primeros en fabricarse, estos emiten la nota abriendo o cerrando el fuelle del bandoneón mientras que los segundos emiten una nota al abrir y una diferente al cerrarlo. De esta forma se obtienen las famosas disonancias o asonancias, tan propias de las melodías de tango.
Si bien hay diversas versiones sobre su origen, la más popularizada se remonta al siglo XIX en Alemania, cuando apenas era un órgano de iglesia portátil. Se trata de una evolución del acordeón y su autoría pertenece al luthier Heinrich Band, que creó un instrumento portátil inspirado en la concertina, para proveer de música a las pequeñas iglesias.