A las 2.30 de la madrugada de un caluroso verano, mientras la temperatura de 37 grados azotaba a la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 95 años atrás, el 8 de enero de 1928 falleció uno de los más notables políticos de la historia argentina, el por entonces senador nacional porteño Juan Bautista Justo.
Había fundado el Partido Socialista Argentino, el periódico “La Vanguardia”, de esa misma orientación, y la gran cooperativa ya desaparecida “El Hogar Obrero”, la primera gran cadena de supermercados que hubo en el país.
Juan B. Justo, como se lo conocía popularmente, había nacido el 28 de junio de 1865 en la misma ciudad -tenía 62 años- y murió de un síncope cardíaco en la quinta de su propiedad en la localidad bonaerense de Los Cardales, partido de Exaltación de la Cruz, a 70 kilómetros de la capital, mientras veraneaba con sus hijos y su segunda esposa, la también dirigente socialista y médica como él Alicia Moreau de Justo (la primera, Mariana Chertkoff, había muerto en 1912 y él se volvió a casar en 1921).
Su intensa vida como parlamentario se inició en 1912 cuando fue electo diputado nacional por la actual CABA, cargo en el que se desempeñó hasta 1924 cuando los porteños lo eligieron para representar a la ciudad en el Senado por un mandato que no pudo completar al ser sorprendido por la visita del dios Tánatos mientras descansaba.
Durante su paso por la Cámara baja fue uno de los grandes impulsores de la Reforma Universitaria, en 1918, treinta años después de haberse graduado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en 1888, con diploma de honor, con una tesis sobre las enfermedades crónicas que fue calificada como “el estudio más acabado y perfecto que puede hacerse sobre el tema”, al decir del decano de esa casa de altos estudios, Avelino González.
Había cursado la enseñanza media en el Colegio Nacional de Buenos Aires pero siendo hijo de padres de modestos recursos debió trabajar como periodista en el matutino “La Prensa”, como cronista parlamentario, para costearse los estudios de medicina.
Recién recibido viajó a Europa, donde profundizó su adhesión a las teorías socialistas, y a su regreso, comenzó a desempeñarse profesionalmente en el Hospital de Crónicos.
En tanto se sumó a la difusión del socialismo escribiendo en el periódico “El Obrero” hasta que en 1894, mediante la venta de su automóvil y el empeño de la medalla de oro otorgada por la FM-UBA, junto con Augusto Kühn y Esteban Jiménez fundó “La Vanguardia”, luego órgano oficial del PS a partir de la fundación de éste en 1896, y convertida en diario en 1905.
Traductor del alemán al castellano del libro “El Capital”, de Karl Heinrich Marx, tuvo sus primeros pasos en la política como seguidor de Leandro Nicéforo Alem en la Unión Cívica de la Juventud, antecesora de la actual Unión Cívica Radical, y como tal participó en la Revolución del Parque de 1890 atendiendo a los sublevados heridos.
En aquel 1896 -junto con Isidoro Solomó y los citados Jiménez y Kühn- había fundado el PS, que encabezó durante 32 años hasta su fallecimiento.
Además de “El Hogar Obrero”, creado en 1905, fue fundador de la “Sociedad Luz Universidad Popular” y de la “Biblioteca Obrera”, todo ello en medio de ideas económicas luego rechazadas por las izquierdas, ya que era partidario del libre mercado y de la apertura aduanera contra las concepciones proteccionistas dado que sostenía que si se podían importar bienes más baratos para el consumo local ello favorecía a los adquirentes argentinos. Sus contradictores sostenían que ello era contrario a la generación de empleos.
Durante su activa participación como legislador, además de su apoyo a la Reforma Universitaria, presentó numerosos proyectos encaminados a lograr mejoras sociales como el que apuntaba a terminar con el analfabetismo, a eliminar el juego y a evitar el alcoholismo, entre otros. Y como diputado presidió, oportunamente, la comisión investigadora de la existencia de trusts y su accionar.
Toda esa actividad legislativa fue ampliamente ilustrada por el destacado periodista, ya fallecido, Emilio Jorge Corbiére, en su libro “Juan B. Justo y la cuestión nacional”.
Justo difundió su pensamiento a través de varios libros, como “Teoría Científica de la Historia”, “El socialismo argentino”, “Teoría y práctica de la historia”, “La intransigencia política”, “Socialismo e imperialismo”, “La Internacional Socialista”, “El programa socialista en el campo”, y, publicados póstumamente, “La moneda” y “La cooperación libre”.
Al producirse la Revolución Bolchevique en Rusia en 1917, Juan B. Justo y la mayoría del PS tomaron distancia, mientras que el senador Enrique del Valle Iberlucea, que hizo público su apoyo, fue desaforado por el “delito de opinión”. En tanto, otro sector, encabezado por Víctor Gorodeki Kot, se separó y fundó el Partido Comunista argentino el 6 de enero de 1918.
El 23 de enero de 1927, a un año de su muerte, Justo concretó su último gran logro cuando en el edificio situado en la Avenida Rivadavia 2150, que un incendio destruiría en 1953, inauguró la “Casa del Pueblo”. Allí se daban clases nocturnas a los trabajadores, y existían una gran biblioteca y un salón de conferencias en el que fue velado a su muerte.
Su memoria hoy está reivindicada principalmente por una avenida en el sector norte de la Ciudad de Buenos Aires que corre en dirección este-oeste sobre el entubado Arroyo Maldonado, por otras importantes avenidas en las ciudades de Córdoba y Mar del Plata, por una estación del Ferrocarril Mitre y un monumento en el barrio porteño de Palermo en el cruce de la Avenida Santa Fe e Intendente Bullrich. Además de numerosos escritos sobre su trayectoria, entre los que se destaca el ya citado libro de su seguidor Corbiére, quién acompañó políticamente a la viuda Alicia Moreau hasta el fallecimiento de ésta el 12 de mayo de 1986, hacen hoy 37 años.