Por Matías Gregorio
El pasado 17 de septiembre la empresa automotriz General Motors comenzó a aplicar las suspensiones anunciadas sobre sus empleados y bajó a un turno de producción la actividad en su planta de Alvear. La medida afectó a 1.463 trabajadores directos de GM, quienes cobrarán el 70% de su sueldo hasta 31 de enero de 2019. Pero la decisión que tomó la compañía tras las negociaciones con los gremios tuvo un impacto aún mayor que el número conocido.
A partir de que GM comenzó a producir no más de 15 vehículos por hora, cuando anteriormente ensamblaba 30 coches en dos turnos, las fábricas de la región que comercializaban sus productos con la firma, y las empresas que se encargan del mantenimiento de la planta, se vieron totalmente afectadas.
«Si la madre suspendió, los de abajo también lo hacen», le dijo a CLG Marcelo Barros, secretario general de Smata Rosario.
Otros 350 afectados
Un caso puntual es el de Adient, una fábrica de asientos situada en Pueblo Esther que emplea a 350 trabajadores. La producción de dicha compañía es destinada casi en su totalidad a General Motors. Así, cuando desde la empresa de Alvear decidieron ajustar la actividad, la firma que pertenece a Johnson Controls también tuvo que hacerlo.
El viernes 14 de septiembre fue el último día de trabajo para los empleados de Adient, envueltos en una gran incertidumbre. Tras estar un mes suspendidos, el 16 de octubre retomarán la actividad trabajando una semana por medio hasta fines de enero. Durante todo ese lapso, cobrarán el 70% de su sueldo.
«Es una empresa muy grande del sector, con dueños brasileños. Aquí sólo hay un gerente que charla con nosotros cuando hay inconvenientes» agregó dirigente gremial.
Empresas de mantenimiento paralizadas
Por otra parte, al reducirse la actividad normal en GM, las empresas que se encargan del mantenimiento del lugar también decidieron comenzar una serie de suspensiones al ver que bajó la demanda de trabajo dentro de la planta.
Estas determinaciones fueron tomadas por Comau, una empresa que cuenta con 120 empleados y Dmas, otra compañía de 35 trabajadores. Ambas, junto con una pyme menor que cuenta con 30 personas en sus filas, realizaban el mantenimiento del sistema eléctrico, renovaban la pintura del lugar, nivelaban los pastos y reparaban las máquinas dañadas.
Barros explicó que Comau «es una multinacional italiana especializada en la automatización industrial, la robótica y su mantenimiento para la industria automotriz», que pertenece a Fiat y en Argentina está instalada en Córdoba, donde también «sólo hay un gerente».
En todos los casos, se repite el mismo sistema: suspensiones hasta el 31 de enero y sueldos al 70%.
El futuro y la expectativa de lo que suceda en Brasil
«Al no haber trabajo en GM, no trabaja nadie, sea quien sea», sentenció el titular de Smata. A su vez, confirmó que a raíz de las suspensiones que se dieron en las fábricas que dependen de la compañía de Alvear, el número de trabajadores afectados asciende a más de 2.200, muchos más que los 1.463 iniciales.
El sector automotriz siguió de cerca las elecciones que se celebraron este domingo en Brasil, buscando que el alivio llegue desde el país vecino: «Veremos quien gana en Brasil, a ver si sale el sol de algún lado. Si ellos se acomodan un poco, nos puede salvar a nosotros porque se van a vender más autos», argumentó Barros.
A pesar del leve signo de esperanza, el referente sindical no dudó en afirmar que «si esto sigue así, no sé qué va a pasar». Hasta el 31 de enero, el panorama será el mencionado. Pero lo que sucederá en el futuro, nadie lo sabe. Y de no cambiar el rumbo del país, se espera que la situación se agrave.