Estados Unidos aprobó este martes destinar, “con efecto inmediato”, 2,5 millones de dólares a la asistencia de los venezolanos que huyen a Colombia. La deriva del régimen de Nicolás Maduro ha provocado en los últimos meses una fuga masiva, que ha derivado en una emergencia humanitaria en la frontera entre los dos países, sobre todo en la ciudad de Cúcuta.
Estos fondos, que se suman a la aportación de 36,5 millones que la Administración de Donald Trump reservó para apoyar al Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) en la región, recaen en las organizaciones que proporcionan alimentos y ayuda sanitaria a las decenas de miles de venezolanos que a diario llegan a Colombia.
Alrededor de 550.000 personas, con visado y sin papeles, entraron el año pasado en el país andino con la intención de quedarse. Esa cifra, según cálculos oficiales del pasado enero, podía alcanzar el millón en julio. Por ello, el Gobierno de Juan Manuel Santos decidió reforzar los cerca de 2.200 kilómetros de frontera con controles más estrictos, miles de agentes y el anuncio de un centro de atención al migrante en colaboración con la ONU.
“El menosprecio constante del presidente Maduro por los derechos humanos universales del pueblo venezolano ha provocado que más de 1,5 millones de venezolanos intenten obtener seguridad en países vecinos”, declaró la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley.
La ONU, cuyo secretario general, António Guterres, se reunió con Santos en Bogotá en enero, ha solicitado a la comunidad internacional que “contribuya a brindar asistencia humanitaria inmediata a esta población cada vez más numerosa y vulnerable”. Para Haley, esa crisis “constituye una amenaza creciente para la seguridad y la estabilidad regional”.
“Los trágicos acontecimientos en Venezuela ahora amenazan la estabilidad de toda la región”, continuó la diplomática. “La negativa del régimen a permitir que la comunidad internacional brinde de manera directa asistencia humanitaria dentro de sus fronteras no hace más que propiciar el éxodo masivo”. Esa es precisamente una de las exigencias de la coalición opositora, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Pero el chavismo nunca quiso reconocer la necesidad de aceptar ayuda humanitaria.
La próxima visita de Trump a Colombia, fijada para mediados de abril después de la Cumbre de las Américas de Lima, tiene precisamente la crisis de Venezuela como prioridad. En este contexto, EE UU se compromete a seguir trabajando con para ayudar a la población desplazada. “Aunque esta asistencia contribuirá a paliar algunas de las necesidades humanitarias inmediatas, se necesitan elecciones libres y justas y una gestión transparente y con rendición de cuentas para restablecer la democracia, los derechos humanos y la prosperidad en Venezuela”, recalcó Haley.
FUENTE: EL PAÍS