"Tratamos de crear un puente entre los chicos y la sociedad para que puedan generar un nexo", aseguró a CLG uno de los coordinadores, Carlos Conforti
Por Emilia Ottogalli
El deporte es un área fundamental en el desarrollo de chicos y grandes. Practicar un deporte es ideal para mantener una buena salud física y, además, muchas veces se convierte en un espacio social para generar nuevos vínculos. Sin embargo, esta posibilidad no siempre está garantizada para personas con discapacidad. En la ciudad, desde 2017 existe la Escuela de Deportes Inclusivos de Rosario, Edir, que abre la puerta a jóvenes con discapacidad.
Según describen en su página de Facebook, la filosofía de Edir es que «a través del deporte los atletas pueden mejorar su calidad de vida y ser un medio concreto para la inclusión del mismo en la sociedad». CLG dialogó con uno de los encargados, Carlos Conforti, quien explicó cómo surgió y funciona la escuela.
«Los encargados somos tres: dos profesores de educación física y una técnica nacional en natación. A principios de 2017 decidimos abrir Edir», comenzó. A lo que agregó: «Con la técnica en natación veníamos trabajando en una ONG que había cerrado y decidimos tratar de continuar el trabajo que se estaba haciendo con otra filosofía».
En un principio, la escuela funcionaba con unos «25 chicos con discapacidad intelectual entre todos los espacios», actualmente hay «entre 70 y 80 haciendo actividades físicas». Edir es una institución para adolescentes y adultos en la que se pueden practicar, principalmente, fútbol y natación pero que también cuenta con otros espacios.
Sobre la función de la escuela, Carlos no quiso dejar de aclarar: «Nosotros no somos un espacio de contención, somos un espacio deportivo». «A la hora de tomar un chico, consideramos que tenga cierta autonomía y pueda comprender ciertas normas. No es por dejarlos afuera, creemos que hay espacios que son mejores para ciertas necesidades», detalló.
En esa misma línea, sostuvo: «Nosotros tenemos el pensamiento de tratar de generar los espacios lo más acorde a los chicos, que sea el mejor para lo que necesita cada chico». «Los que nosotros no podemos tomar, los tratamos de derivar a otras instituciones o profesores», comentó.
Por el momento, Edir no cuenta con un espacio físico, ni tampoco trabajo en un solo club. «Vamos encontrando espacios para poder alquilar. Fútbol hacemos en Tiro Suizo, femenino lo vamos a hacer en un complejo de canchas, natación lo hacemos en Atlantis. Y así con lo demás», reveló.
La escuela funciona plenamente gracias a las cuotas que aportan los deportitas. «Tenemos la filosofía de que lo gratuito a veces es más discapacitante, por decirlo de alguna manera. Tratamos de que a través de las cuotas podamos pagar los alquileres. Hasta el año pasado éramos cuatro profes y ahora vamos a ser nueve», señaló.
En cuanto a los espacios que existen actualmente en la ciudad para los jóvenes con discapacidad, manifestó: «Hay otras instituciones que en cierta manera trabajan con personas con discapacidad. No hay mucha discusión, no hay tanto apoyo ni del estado ni de gente privada». «Desde Edir, tratamos de crear un puente entre los chicos y la sociedad para que puedan generar un nexo y un pensamiento empático», explicó.
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Toda este proyecto se centra, principalmente, en el efecto que el deporte puede tener en la vida y el desarrollo de jóvenes con discapacidad. En ese sentido, Carlos analizó: «El deporte genera conocimientos de valores, lazos entre sus pares, entre la sociedad». «Muchas veces estaban siempre encerrados en la casa y empiezan a tener amigos, a juntarse a tomar una coca. Se trata del sentido de pertenencia y tener ganas y objetivos por y para algo», contó.
«Muchas familias tienen hijos con discapacidad intelectual y piensan que no pueden hacer nada, pero a través de un torneo, por ejemplo, se genera un cambio de pensamiento importante. Ven que los hijos pueden llegar a tener diferentes posibilidades y que son capaces de lograr objetivos que se propongan ellos», ejemplificó. Y concluyó: «El deporte genera el cambio de paradigma hacia las personas con discapacidad que se piensa que muchas veces no pueden hacer cosas. A través del deporte se crea un cambio de visión desde lo micro hasta lo macro».
Foto: Facebook EDIR – Escuela de Deportes Inclusivos Rosario