El Ministerio de Economía informó que se trata del "primer superávit financiero desde agosto de 2012 y el primer superávit financiero en un mes de enero desde 2011"
Diversos economistas ponderaron el superávit financiero de $ 518.408 millones alcanzado en enero, el primero en más de diez años, y sus efectos positivos en indicadores como el riesgo país, el endeudamiento y el tipo de cambio, aunque algunos de ellos expresaron dudas por la sostenibilidad del mismo al haber implicado una licuación de gastos en partidas como las jubilaciones.
El Ministerio de Economía informó anoche que se trata del «primer superávit financiero desde agosto de 2012 y el primer superávit financiero en un mes de enero desde 2011″.
“El dato del resultado fiscal es muy positivo. No toda la economía se resuelve arreglando la fiscal. Pero es una gran parte de la batalla, sobre todo en esta economía superinflacionaria”, manifestó el economista y director de la Escuela de Negocios de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), Fausto Spotorno en su cuenta de X (ex Twitter).
El analista señaló que lograr el superávit implica “no tener que destruir la moneda para sobrevivir” y “no andar mendigando deuda para pagarle a los jubilados, mantener obra pública y asistir a los más pobres”.
“Que quede claro. Más déficit fiscal es igual a más deuda”, concluyó.
El director de Econométrica, Ramiro Castiñeira, recordó que Argentina había perdido el superávit fiscal en 2008 y que “en 16 años, el déficit fiscal sumó 75 puntos del PBI, equivalente a US$ 375.000 millones a precios de hoy”.
“Para financiarlo, la deuda pública aumentó en US$ 250.000 millones y su sumaron tres ceros a la moneda. Déficit, nunca más”, manifestó.
Castiñeira manifestó en su cuenta de la plataforma que no tener déficit permite tener una “moneda sana y sin inflación”.
Por su parte, el economista y director general de la fundación Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne consideró al logro del superávit como un “tremendo dato” que explica la suba de los bonos.
“Los bonos están 135% arriba de lo que valían hace 14 meses. Empezaron a subir cuando las encuestas mostraban que el peronismo perdía y siguieron subiendo con (la asunción del presidente Javier) Milei”, indicó.
El economista español, Juan Ramón Rallo, señaló, en tanto que el superávit presupuestario “probablemente sea el principal motivo apreciación del peso y de la fuerte caída del riesgo país durante los últimos días” y que ahora el desafío será “mantenerlo”.
Precisamente, la sostenibilidad del superávit hace mantener la cautela en algunos analistas.
El economista del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) UBA-Conicet, Nicolás Bertholet sostuvo en X que “el desafío es ordenar las cuentas fiscales sin licuar el salario de los trabajadores estatales, jubilados y los ahorros”.
“Los logros del Gobierno en materia fiscal se basan en el cepo cambiario y la tasa muy pero muy negativa. No hay que olvidarse de eso y ver qué pasa si a mitad de año se levanta el cepo. Hasta ahora está todo atado con alambres”, añadió.
Martín Polo, jefe de estrategia en Cohen Aliados Financieros, calificó como “excelente” el resultado fiscal, pero señaló que le “cuesta pensar en la sostenibilidad” del mismo y que hubo un ajuste “criminal” en las jubilaciones mediante licuación.
En la misma línea se ubicó la economista Marina Dal Poggetto.
“Hoy el programa fiscal está centrado fundamentalmente en la megalicuación de las jubilaciones, la obra pública y las transferencias a las provincias, lo que genera un conflicto distributivo”, indicó esta mañana en diálogo con Radio Mitre.
La especialista señaló que el Gobierno se encuentra ejecutando un “ajuste clásico” que es “muy inflacionario al principio y muy recesivo” que “pulverizó los ingresos y ahorros de una parte muy importante de la sociedad”
“El programa está saliendo mejor de lo que se esperaba originalmente. La inflación está bajando un poco más rápido, el Banco Central sigue comprando dólares y los números fiscales vienen siendo mejores de lo que parecían», indicó la economista.
Si bien «los dólares financieros valen lo mismo de lo que llegaron a valer en el pico de las elecciones, donde hubo valores de US$ 1.200, la brecha cambiaria es muy alta para el funcionamiento normal de la economía. Pero es una economía que empieza a encarrilarse”, precisó.
Para Dal Poggeto, la “pregunta del millón” que se tendrán que hacer las autoridades “es como pensar un programa que no esté basado solamente en una megalicuación del gasto o un recorte de gastos que políticamente no se sostiene”, concluyó.