Concentraron en Corrientes y Córdoba para expresar su rechazo al posible acuerdo entre Argentina y China. “Implica profundizar el modelo agroproductivo que ya tenemos, que en realidad es autodestructivo”, afirmaron a CLG
Un grupo de ecologistas autoconvocados se movilizaron este viernes por la tarde contra la instalación de granjas de cerdos en el territorio nacional. Alrededor de cincuenta personas, pertenecientes a distintas agrupaciones ambientalistas, se reunieron desde las 16.30 frente a la Bolsa de Comercio de Rosario, en Corrientes y Córdoba. «La intervención busca intentar evitar el acuerdo que está por firmar Argentina con China, que nos convertiría en el matadero del mundo y en la fábrica de nuevas pandemias», declaró Magalí Gómez, integrante de la agrupación Rebelión o Extinción Rosario, a CLG.
La manifestación surgió al conocerse la noticia de un posible acuerdo entre el gobierno nacional y el gigante asiático para impulsar el crecimiento del sector porcino y exportar al país asiático. De concretarse, implicaría una duplicación de la producción del país durante los próximos cinco años.
“China viene de sacrificar en 2018 a casi 200 millones de cerdos porque tuvo un brote de la gripe porcina africana. Lo que quiere hacer es no criar más cerdos en su país y está buscando otros países donde criarlos. Ni Argentina, ni ningún lugar del mundo, debería hacerlo”, indicó la joven ecologista.
Patricio, integrante de la agrupación Nuevo Mas, Particularmente, consideró en diálogo con CLG que el acuerdo que se intenta cerrar con China “es un acuerdo que se discute entre cuatro paredes, a espaldas de las organizaciones ambientalistas, ecologistas y de los propios trabajadores, encierra el riesgo de ser una gran exportadora de pandemia”.
Y añadió: “Como sabemos, la producción industrial de animales a gran escala, no tomándolos como animales sino como un producto de consumo, como un objeto, trae un gran riesgo de zoonosis, de enfermedades. La gripe porcina fue un exponente de esto. Están intentando externalizar o exportar riesgos para la humanidad, a cambio de un puñado de dólares”.
Actualmente, en Argentina se producen cerca de 600.000 toneladas de carne de cerdo por año, principalmente en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Según fuentes oficiales, el acuerdo con el país asiático implica la instalación de 25 granjas industriales con el objetivo de exportar 900.000 toneladas de carne porcina en cuatro años.
Según contaron los manifestantes, ya está firmado un memorándum de entendimiento entre los dos países, pero el acuerdo final se firmaría en el mes de noviembre. “Esto significa más desforestación, más cultivo de transgénicos, más desplazamiento de las comunidades indígenas, más contaminación del agua y más pandemias del tipo zoonótico”, detalló Magalí Gómez.
Entre dos y tres granjas se establecerían en territorio santafesino, aunque la peor parte se la llevarían las provincias del norte y noroeste del país, un terreno muy afectado ya por las deforestaciones.
Al mismo tiempo, la joven ecologista ahondó en las consecuencias que conlleva este tipo de producción: “Implica profundizar el modelo agrotóxico, agroproductivo que ya tenemos, que en realidad es autodestructivo. Es lo que está sucediendo en todo el país, cubierto de soja transgénica. Esto causa inundaciones, muchos pueblos fumigados, gente sufriendo de cáncer y malformaciones”.
Los jóvenes ecologistas coincidieron que el fin de este acuerdo es “que entren divisas a nuestro país y pagar la deuda externa. No hay ninguna ventaja para el pueblo. Es profundizar este modelo, que lleva 30 años y que solo tiene consecuencias negativas, excepto para los que se enriquecen, que son siempre los mismos”.
Consultada sobre de qué manera se podría generar una alternativa a estas granjas porcinas y al modelo de producción actual, Gómez afirmó: “La alternativa es lo que plantea la Unión de Trabajadores de la Tierra desde hace muchos años, que es el modelo de la agroecología. Realmente crea puestos de empleo, realmente nos lleva hacia una soberanía alimentaria”.
En coincidencia con la integrante de Rebelión o Extinción, Patricio aseguró que es necesario construir un nuevo modelo “desde abajo, desde los trabajadores, desde la juventud”. “Cualquier discusión tiene que pasar por dejar de pagar la deuda externa usuraria, que es una gran sangría de dólares y que obliga a que todas las actividades económicas estén orientadas a la exportación de materia prima”, agregó.
“Entendemos que un modelo económico alternativo, de los trabajadores, tiene que partir de la expropiación de los grandes latifundios y de los medios de producción y pensar coordinadamente, aprovechando el gran potencial que hay en las universidades nacionales otro modelo económico que implique una producción, que implique el aprovechamiento de los recursos naturales, pero en una relación metabólica con la naturaleza y que no esté orientada a la ganancia de unos pocos, sino a satisfacer las necesidades de las grandes mayorías en el país, en la región y en el mundo”, concluyó el vocero de Nuevo Mas.