"Una botella plástica es una puerta abierta, una invitación a trabajar, y convertir algo que terminaría siendo un desecho en un material constructivo", dijo a CLG una de las integrantes del proyecto
A fines de 2014, tres amigos de Alta Gracia, Córdoba, decidieron poner manos a la obra para combinar la inclusión social y el cuidado del medio ambiente. Dos ejes que preocupan a muchas personas, a ellos los ocupan. Y encontraron en los ecoladrillos de plástico triturado el medio perfecto para fusionar estos propósitos. CLG dialogó con Guillermina Graf, encargada de comunicación de la Fundación Ecoinclusión, sobre el trabajo que realizan.
En primera instancia, manifestó: «Para nosotros una botella plástica es una puerta abierta, una invitación a trabajar, a transformar algo que naturalmente terminaría siendo un desecho y convertirlo en un material constructivo». «Lo que le decimos a la gente es que piensen en la botella como un material constructivo. Algo que estaba destinado a ir a la basura puede ir a una causa social», remarcó.
Desde Ecoinclusión se encargan de realizar «construcciones comunitarias». «No somos constructores de viviendas sociales, realizamos proyectos como un centro vecinal o comunal. Lugares donde se puedan realizar actividades para la comunidad», aclaró.
https://www.facebook.com/FundacionEcoinclusion/photos/a.1706465896133238/2552509974862155/?type=3&theater
El trabajo de la Fundación se trata principalmente de gestionar. «Realizamos alianzas con empresas, organizaciones o instituciones que estén interesados en el proyecto y trabajamos de manera conjunta junto con la cooperativa Los Cuadraditos, de Córdoba, que son recicladores urbanos y a través de ellos realizamos la recolección», detalló.
Este largo proceso en el que se involucran distintos actores de la sociedad, lo llaman «ecorred». El objetivo del mismo es generar un impacto social positivo sin dañar el ambiente y ayudando a reciclar plástico, pero además generan también puestos de trabajo. En ese sentido, señaló: «Desde la fundación decimos que gestionamos proyectos de triple impacto. La parte social que es el trabajo que hacemos con las causas sociales, lo ambiental que lo tratamos con los ladrillos y lo económico a través del trabajo remunerado y formal de la cooperativa«.
Para los proyectos, tienen abierto «un banco de causas en el que la gente aplica si tiene una idea en el que se trabaje un eje en particular con la comunidad» mediante la página web oficial. Una vez que son seleccionados, «la construcción en sí misma la desarrolla la comunidad o el grupo que lo pide». «Nosotros realizamos el proyecto y acompañamos en función del plan de obra. Ponemos a disposición también que busquen sponsor para que financien la obra», reveló.
https://www.facebook.com/FundacionEcoinclusion/photos/a.679522025494302/2424794587633695/?type=3&theater
Actualmente, los ecoladrillos de la Fundación se componen «en un 60 por ciento de su volumen de plástico triturado». «Para eso usamos botellas plásticas que sean de bebidas, aguas, gaseosas, aguas saborizadas y demás. El plástico es uno de los mayores contaminantes a nivel mundial», comentó. Y destacó: «Nosotros no lo tomamos como basura que es el destino final que tiene actualmente, sino como un insumo más dentro del proceso de producción. Allí está la oportunidad y es lo que nosotros hablamos de transformación».
En Argentina, se desechan 12.000.000 de botellas plásticas por día. De esas, sólo el 30 por ciento se recupera. Iniciativas como las de Ecoinclusión hacen que reciclar no sólo tenga un impacto en el ambiente, sino que tenga también repercusiones en la comunidad de forma directa y que sirva para concientizar todo lo que se puede hacer reutilizando una botella de plástico.
La Fundación fomenta el reciclaje y la revalorización de los recicladores urbanos, como eje fundamental de un proceso que hay que ampliar a nivel nacional. Es que sólo el 37% de los municipios en Argentina tienen sistema de recolección diferenciada de residuos sólidos urbanos.