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Duque aseguró que su gobierno está respondiendo a los reclamos sociales en Colombia


La gestión del mandatario colombiano tiene 72% de desaprobación debido a la represión en manifestaciones que dejaron más de 80 muertos y miles de heridos

El presidente de Colombia, Iván Duque, dijo en el inicio de su último año de Gobierno que mantiene su compromiso de atender los reclamos de amplios sectores sociales que vienen protagonizando enormes protestas, pero no hizo autocrítica alguna sobre la represión a esas manifestaciones que dejaron más de 80 muertos y miles de heridos, al tiempo que mostró su confianza en que la derecha ganará las elecciones de 2022.

En coincidencia con el final de su tercer año de gestión, que se cumplió ayer, Duque ofreció una extensa entrevista con el diario bogotano El Tiempo en la que no hizo autocrítica sobre las acciones represivas que el Estado llevó adelante frente a la protestas iniciadas a fines de abril, reconocidas incluso por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que hace una semana reclamó la libertad de cientos de detenidos durante las masivas movilizaciones.

El mandatario, cuya gestión tiene 72% de desaprobación según una encuesta reciente, sostuvo ante el tradicional diario que si bien Colombia «ha tenido grandes avances en materia social», hay que reconocer que «sigue siendo un país con muchas brechas sociales por cerrar».

«Cuando empezó nuestro gobierno, por ejemplo, un millón de personas no tenían luz eléctrica. Ya estamos acercándonos a cerrar esa brecha en un 50 por ciento. Teníamos más de 220 municipios sin calidad en el servicio del agua y estamos haciendo la inversión más grande en agua y saneamiento que haya hecho gobierno alguno», detalló.

Explicó además que «una de las brechas más difíciles era la informalidad laboral y hemos tomado medidas que nunca se habían contemplado. Llevarles transferencias no condicionadas a más de tres millones de hogares, subsidiar la nómina en un 40 o 50 por ciento a más de cuatro millones de trabajadores, giros extraordinarios en Familias en Acción, Jóvenes en Acción, Adulto Mayor».

«Es decir, pusimos en marcha el plan social más importante que se ha desarrollado en Colombia. Aun así, nos encontramos este año con un fenómeno multidimensional: personas que pacífica y genuinamente protestan para tratar de recibir atención del Estado, y otros que han caído en el vandalismo, en expresiones de violencia. Es claro que hay un interés político de algunos sectores, como se hizo evidente, y de grupos armados. Decantar todo esto nos permite entender qué es cada cosa y cómo la vamos a enfrentar», enfatizó.

Desde que comenzó la feroz represión a manifestantes en distintas ciudades de Colombia el Gobierno de Duque mantuvo que quienes eran blanco de esa acción eran vándalos que originaban hechos de violencia con motivaciones políticas, pero la CIDH -así como también una delegación de DDHH argentina y otros observadores internacionales- documentaron cientos de casos de ataques a estudiantes y trabajadores, y sobre todo a mujeres, quienes además fueron víctima de agresiones sexuales.

Organizaciones de DDHH denunciaron ante la ONU torturas, 83 homicidios y 327 desapariciones entre los manifestantes sólo en los dos primeros meses de las protestas, que comenzaron el 28 de abril en rechazo a una reforma tributaria.

Desde el «28 de abril y hasta el 28 de junio se han reportado 83 homicidios», y miles de «detenciones arbitrarias», señaló en un comunicado la red de organizaciones colombianas e internacionales, que también pidió al órgano internacional condenar la «brutal represión» de la fuerza pública.

En diálogo con Télam, diversos dirigentes de DDHH responsabilizaron a Duque y su Gobierno por la represión indiscriminada y sostuvieron que todo se origina en el no cumplimiento por parte del presidente de los compromisos del acuerdo de paz con la ex guerrilla de las FARC.

En ese sentido, y en lo que se refiere a la política de señalar al «enemigo interno» para apagar las protestas, la delegación humanitaria argentina aseguró en su informe elaborado tras una semana de relevamiento de cientos de casos en nueve ciudades que el Estado colombiano consideró en esa condición «a su población civil indefensa y descargó sobre ella una violencia represiva propia de una confrontación bélica».

En otro orden, y ante una pregunta sobre si se sentía seguro luego de que el 25 de junio hubo un atentado en su contra, Duque respondió que «en nuestro país es habitual que los presidentes de la República estén amenazados en su vida y en su integridad por grupos armados organizados».

«Recuerdo que mi propio cuerpo de seguridad nos advirtió en mi casa familiar –donde viví dieciocho meses siendo Presidente– de una intención que tenían ‘los Comba’ (por los líderes del grupo de narcotráfico Los Rastrojos) de comprar el apartamento de abajo y tratar de explotarlo», añadió.

Narró otros dos sucesos en los cuales informes de inteligencia evitaron que fuera blanco de un ataque, y mostró su confianza en que la investigación del último intento de asesinato en su contra arrojará resultados positivos.

Respecto de las elecciones presidenciales del año próximo, para las cuales por ahora marcha en punta según los sondeos Gustavo Petro (izquierda), confió en que la derecha logrará revertir la diferencia, como ocurrió, según recordó, en el proceso electoral de 2017 en el que terminó con su triunfo.

Excluida su posibilidad de aspirar a la reelección por una reforma de 2015, Duque aseguró que hay en la derecha «varias personas con grandes capacidades» para llegar al Gobierno.

«Creo que en esta elección el país sabrá rechazar la demagogia y el populismo. Colombia no puede caer en manos de los promotores del odio, de la fractura social, de los que quieren dividir al pueblo. Esta debe ser una elección para consolidar una visión del país en la que, en medio de las diferencias, seamos capaces de construir consensos, sacar adelante políticas públicas. Así como Colombia históricamente ha rechazado la demagogia, el populismo y los extremos, también hará lo mismo en la elección del 2022», finalizó.