El expresidente reclamó además una revolución productiva y un gobierno con mayorías parlamentarias
El expresidente Eduardo Duhalde se mostró en favor de una elección primaria, abierta, simultánea y obligatoria (PASO) del Frente de Todos y sostuvo que si bien es la mejor opción para dirimir candidaturas, el oficialismo “discute porque las es la costumbre discutir”. Lo hizo en plena interna respecto a la estrategia electoral que aún debate la coalición de gobierno.
“Estoy convencido de que sí, que la PASO es la mejor opción”, remarcó Duhalde tras ser consultado por el periodista Antonio Fernández Llorente en Splendid – 990, y agregó: “Y se discute porque es la costumbre discutir, se discute todo. De todas maneras se va a resolver en pocos días”.
En la misma línea, reclamó que la fuerza que se imponga en la elección presidencial debe ”prepararse para tener mayorías parlamentarias” ya que considera que de no contar con el número necesario en las cámaras de Diputados y Senadores ”el país puede seguir cayendo”. ”Hay que prepararse para tener mayorías parlamentarias, quien gane, sin las cuales los países no tienen fondo y pueden seguir cayendo”, reafirmó.
Para Duhalde, hay un sector de la sociedad desencantado con La Cámpora, aunque se mostró optimista ante la posibilidad transformar la realidad a pesar del contexto de incertidumbre que se vive. “De todas maneras, hoy no se ve nada claro. A veces le digo a [Raúl Rigo] que no venga a hablar de política todavía. Pero soy optimista”, reveló el dirigente.
A su parte, planteó: “Hace falta una revolución productiva, antes de conocerlo a Menem, había escrito la Revolución Productiva y al presidente le encantó el nombre”.
“Hay que trabajar como trabajaron todos, es increíble que los que se dicen políticos no saben lo que es un líder empresarios, un sector industrial planificado, es increíble que no adviertan que hay que ponerle prestigio social a la actividad productiva”, remarcó al tiempo que recordó que ”el icono es el trabajador, pero que no hay trabajadores sin empresas”.
Por último, el expresidente rechazó las críticas internas a las que calificó de “tonteras” y sostuvo que “el control” de las gestiones de gobierno debe estar en “sus adversarios” para evitar hechos de corrupción. “No advertimos que el gobierna no puede controlarse a si mismo, cuando sucede eso, se abren las puertas de par en par a la corrupción. El que gobierna debe ceder el control a sus adversarios”, concluyó.