Este jueves falleció en el Heca un joven que había sido baleado hace 10 días y además fue asesinado un hombre de 30 años de un disparo
La violencia no da tregua en Rosario. En menos de 24 horas, dos nuevos homicidios se registraron en barrios del oeste rosarino, elevando la preocupación por la escalada de crímenes en zonas vulnerables y reiteradamente golpeadas por la inseguridad.
El caso más reciente se confirmó este jueves, cuando falleció en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) un joven de 21 años que había sido baleado diez días antes en inmediaciones del barrio La Lagunita. Se trata de Santiago Núñez, quien fue atacado el pasado 7 de julio en la intersección de Cisnero y Juan Luis Gregori por personas aún no identificadas.
Según informó la Fiscalía Regional Rosario, Núñez ingresó ese día al Heca trasladado en forma particular por familiares, con múltiples heridas de arma de fuego en el tórax, piernas, región lumbar y mano izquierda. A pesar de los esfuerzos médicos, murió este jueves como consecuencia de las graves lesiones sufridas.
El fiscal Alejandro Ferlazzo, a cargo de la investigación, ordenó una serie de medidas para reconstruir la mecánica del hecho y dar con los autores del ataque. En el lugar del crimen se levantaron una vaina servida y un plomo deformado, elementos que ya fueron enviados a peritar.
Este mismo jueves, pero al mediodía, otro crimen sacudió la zona oeste: un joven de 30 años fue asesinado de un disparo de escopeta en el abdomen, en un hecho que ocurrió en una precaria vivienda de Lima y Amenábar, en el límite entre Villa Banana y barrio Avellaneda Oeste. La víctima fue identificada como Jonatan Gabriel Castillo.
El estruendo del disparo alertó a los vecinos y, pese a que Castillo fue trasladado de urgencia al Heca, murió pocas horas después debido a la gravedad de la herida. De acuerdo con fuentes de la investigación, el crimen se habría originado en el marco de un conflicto intrafamiliar y el autor del disparo sería uno de los hermanos de la víctima.
La cuadra donde ocurrió este último hecho ya había sido escenario de un triple crimen en febrero pasado. A eso se suma que apenas un día antes, en Lejarza y Manantiales —a cuatro cuadras del lugar—, otro joven fue asesinado a plena luz del día en una plaza pública.