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Dos meses de guerra: «Ucrania está sola y no tiene capacidad de rechazar a Rusia», dice analista


Están "preparando el terreno" para una gran embestida en el este que las fuerzas ucranianas difícilmente puedan resistir, dijo el analista de asuntos estratégicos y coronel (R) argentino Guillermo Lafferriere

Las tropas rusas conservan toda la iniciativa en Ucrania tras dos meses de guerra, que se cumplen este domingo, y están «preparando el terreno» para una gran embestida en el este que las fuerzas ucranianas difícilmente puedan resistir, dijo el analista de asuntos estratégicos y coronel (R) argentino Guillermo Lafferriere, en una entrevista con Télam.

Lafferriere es un condecorado veterano de Malvinas y exinstructor militar. Licenciado en Estrategia y magíster en Geopolítica, dio conferencias y publicó libros y artículos académicos en Argentina y otros países. Sus análisis diarios sobre asuntos de defensa en redes sociales y YouTube, de los pocos nacionales, son de referencia.

Télam: ¿Qué ha pasado en estos dos meses de guerra en Ucrania, en términos militares?

Lafferriere: En términos militares, se puede hablar de tres fases de la invasión. Una primera en la que los rusos actuaron muy rápidamente y se posicionaron desde el primer día en las proximidades de Kiev, al oeste, con una operación de tropas aerotransportadas. Luego se enfrascan en una segunda fase de concentración sobre Kiev, de donde luego se retiran. Y ahora tenemos a los rusos concentrados en el este de Ucrania, en la zona del Donbass y en todo el frente sur -todo lo que vino desde (la península ucraniana de) Crimea (que Rusia se anexó en 2014), incluyendo Jerson, hasta 140, 160 kilómetros al este de Odesa. Lo que se espera en esta parte es que las tropas rusas intenten rodear a las ucranianas en el Donbass por el norte, este y sur.

T: ¿Cómo fue la primera fase?

Muy rápida. Al día cuarto o quinto ya se hace la primera mesa de negociaciones, y Ucrania ya pide un cese del fuego. En esos cuatro, cinco días, los rusos lograron: eliminar una fuerza naval, muy pequeña, pero eliminarla al fin, y quedarse con el control de todo el mar Negro -pese a no haber tomado el puerto de Odesa- y del de Azov; eliminar la parte operativa de la fuerza aérea ucraniana, que ahora solo puede volar helicópteros o drones; y por eso sus constantes pedidos de una zona de exclusión aérea y aviones de combate.

T: Pero a un precio muy alto…

L: Sí. Ese tipo de operación le causó a los rusos una aceleración que les provocó bajas, porque como operaron en columnas, para avanzar rápidamente, eso abre muchos flancos y permite que tropas enemigas actúen sobre la retaguardia, no infiltrándose, sino porque la misma velocidad del avance ruso les ofrece la retaguardia.

T: Y después vino la concentración sobre Kiev…

L: Exacto. Terminada esa fase inicial, los rusos empezaron a consolidar el terreno que habían conquistado, recurriendo más al fuego de artillería de tubo y al lanzamiento de cohetes y misiles. Hay quienes dicen que esto de Kiev fue una enorme maniobra distractiva, para obligar a las tropas ucranianas a concentrarse, y hay otros que dicen que fue para cercar o entrar por Kiev -me parece que entrar por Kiev es medio extraño, muy complicado, pero sí cercarlo- para evitar que desde allí se pudieran enviar refuerzos a los frentes este y sur.

Sea como fuere, Rusia decidió evitar eso, replegarse de ahí; o los ucranianos fueron exitosos en la defensa de Kiev, pero locamente, que es distinto a obligar a los rusos a retirarse. Después, Ucrania recupera ese terreno, pero no por acción propia, sino más bien por el repliegue ruso. Contener es bueno, pero no alcanza para sacar a los rusos del territorio ucraniano, por más que «venda» decir que han opuesto una dura resistencia.

T: Hay visiones encontradas sobre si ya comenzó la ofensiva en el Donbass. ¿Ya empezó?

L: No lo creo. Lo que sí ha pasado es que el centro de gravedad se ha corrido al Donbass y al frente sur. Pero lo que se ve que están haciendo los rusos es preparando el terreno para la batalla. Esos ataques de ya varios días, sobre instalaciones de depósitos de combustible en todo el territorio ucraniano -no solo al este del (río) Dnieper-, los fuegos sobre concentraciones de tropas, instalaciones industriales, instalaciones logísticas militares… todo eso se denomina preparación del campo de batalla, para darle lo que se dice profundidad, no profundidad para llegar hasta ahí, sino para afectar al enemigo, debilitar la reacción que pueda dar a esa ofensiva.

T: ¿Y qué podemos esperar ahora en el Donbass?

L: Antes quería completar lo anterior, porque nos lleva a otro punto que acá en Argentina no se ha visto, que es que a pesar de todas estas idas y vueltas, la iniciativa, es decir la capacidad de imponer vos el ritmo de la guerra, ha estado siempre del lado de los rusos, aun retirándose de Kiev, de donde se han retirado porque quisieron retirarse, básicamente.

Y más aún, toda esta concentración que están haciendo en el Donbass y en la zona de Crimea no está siendo afectada por nadie, y no porque los ucranianos sean ineptos o no vean venir lo que se viene, sino porque no tienen las herramientas para hacerlo: una fuerza aérea y sistemas de misiles. Es la triste realidad de Ucrania, que está sola en esto: tiene buena información, tiene algunos recursos, pero no tiene la capacidad para rechazar a los rusos de su territorio.

Es mi mirada, y no es la mayoritaria acá en Argentina. Acá la mirada es que estamos frente a una derrota colosal de Rusia, y que sus fuerzas están hambreadas, no tienen combustible, no tienen municiones, etc. Y no.

T: Entonces, ¿está asegurado el éxito en el Donbass?

L: Cuidado. Los rusos puedan equivocarse gravemente en el Donbass, según cómo decidan envolver a las tropas ucranianas. Se habla de dos opciones. Una, que yo llamo «cerco corto», es un cerco que vaya de Izium a Lugansk y que embolse una porción de las fuerzas ucranianas. Es la estrategia más fácil, es un trayecto más corto, tiene menos complicaciones.

El otro, más arriesgado, es un bolsón «largo», formado por tropas que bajen desde la zona de Jarkov y se unan con otras que suban desde el sureste. Este es un frente de unos 300 kilómetros, una bolsa mucho más grande, que envolvería a los ucranianos en Lugansk y también en Donetsk.

Si quieren terminar con esto rápidamente tienen que ir por un cerco largo, que es más complicado pero es el que genera mayor desgaste en las tropas de Ucrania. Si van por un cerco corto, pueden causar un daño importante a las fuerzas ucranianas pero no uno que motive a negociar rápidamente.

T: Rusia ha dado por conquistada Mariupol después de siete semanas de asedio. ¿Por qué era tan importante para Rusia?

L: Ni Mariupol ni ninguno de los puertos sobre el mar Negro o de Azov tienen relevancia para Ucrania en términos militares, porque los dos mares están controlados por la flota rusa. Ahora, Mariupol sí sirve para que los rusos tengan ellos un puerto sobre el mar de Azov que les facilite la llegada de materiales, y porque termina de hacerse la unión entre lo que es el frente del Donbass y el frente sur que viene de Crimea: eso ya se ha consolidado en un solo frente.

T: ¿Qué dificultades podría encontrar Rusia ahora que empieza la primavera, se derrite la nieve y el terreno se llena de barro?

L: El deshielo ya pasó. Además, en el Donbass el terreno es llano, y no pantanoso ni boscoso, como la zona de Kiev. Es decir, se presta al uso de la maniobra para ganar terreno y posicionarse mejor frente al enemigo.

Además, las dificultades del terreno afectan a ambos por igual. Pero más importante: esas dificultades del terreno, si existen en este momento, no están resintiendo en nada la capacidad de los rusos para martillar con artillería, cohetes, misiles de crucero, distintas partes de Ucrania.

Igualmente, nunca hay que subestimar al enemigo. Nunca hay que decir ‘no les queda comida, no tienen tal cosa, no pueden combatir’.

La guerra nunca es lineal. Los bandos en pugna chocan con dos cosas: la voluntad del otro y el azar. Los errores y problemas son permanentes, y prevalece aquel que tiene mayor capacidad para asimilarlos, buscarles la vuelta, seguir avanzando y aprender de ellos.