Dos jóvenes chilenos que pasaron unos días en Ilha Grande, una paradisíaca isla tropical del estado de Rio de Janeiro, fallecieron por el brote de fiebre amarilla que acecha a Brasil, confirmaron este jueves autoridades.
«Los dos chilenos fueron los dos últimos casos de muerte por fiebre amarilla registrados en Angra» dos Reis, el principal puerto de la Costa Verde carioca, dijo a la AFP una portavoz de la secretaría de Salud del estado de Rio.
Felipe Santander, de 35 años, estaba de vacaciones con su novia en la isla desde finales de diciembre y falleció el viernes pasado en el hospital al no estar vacunado contra la enfermedad.
Mientras que Ernesto Antonio Faúdez, de 20, estaba con un grupo de amigos y murió el martes también en el hospital.
El martes se confirmó el primer caso importado de fiebre amarilla en Argentina de un joven que también pasó unos días en Ilha Grande y que aparentemente está fuera de peligro.
Ilha Grande es uno de los destinos predilectos de los turistas que visitan Rio de Janeiro por sus playas vírgenes que, a menudo, requieren excursiones por medio de la selva, donde proliferan los mosquitos.
Según la secretaría de Salud de Rio, Angra dos Reis es uno de los municipios con más casos de fiebre amarilla del estado, donde en este 2018 fueron registrados 82 casos, de los cuales 37 muertos.
Brasil enfrenta el segundo brote anual consecutivo de fiebre amarilla, en ambos casos con un epicentro situado en tres estados del sudeste: Minas Gerais, Sao Paulo y Rio. Al ser regiones donde la enfermedad no proliferaba tiempo atrás, el gobierno realizó masivas campañas de vacunación para evitar su expansión.
Según el ministerio de Salud, desde julio pasado hasta el martes hubo 545 casos confirmados, incluidos 164 muertos, de fiebre amarilla en todo el país: 77 muertos en Minas Gerais, 57 en Sao Paulo y al menos 29 en Rio (las cifras nacionales y las de cada estado no coinciden).
En el mismo periodo de 2016/2017 hubo un total de 557 casos registrados y 178 muertos.
La fiebre amarilla es transmitida a los humanos por la picadura de mosquitos que antes picaron a un mono infectado. En Brasil se presenta en la modalidad silvestre y esta restringida a zonas boscosas.
La fiebre amarilla provoca fiebre, escalofríos, fatiga, dolores de cabeza y musculares, generalmente asociados con náuseas y vómitos. Los casos severos conducen a una insuficiencia renal y hepática, ictericia y hemorragia.